9/1/07

Gould toca las Variaciones Goldberg

Dios está sentado en una silla diminuta; parece un gorila con gafas de pasta. Es un gorila con gafas enormes de pasta. Pero es Dios, esta vez con mayúscula (y yo que pensaba que no creía en Él), no puede ser otro; es que lo estoy viendo, se ve que es Dios. El que no lo crea que no siga leyendo, cabrón escéptico, muérete y dona tu cuerpo a la ciencia. Dios es Dios, un mandril que toca el piano. Y todos los demás somos esas bolitas de mierdecilla negra que se acumula entre los dedos de los pies cuando uno pasa meses, años, o décadas, sin lavarse. Lo del barro es mentira. Somos mierdecillas sudorosas que nos damos besos y nos odiamos y nos rascamos y damos golpes de estado y sufrimos golpes en la chepa, latigazos, y más adentro, en el corazón de mierdecilla que nos mantiene vivos.

¿Barro? Mierdecilla digo. Dios también es un trozo de mierda de pies pero cuando toca el piano es Dios.


Dios me da ganas de llorar a gritos, como al poeta una peluquería, y revolcarme por el suelo como un enfermo terminal y un tonto del haba. Me dan mucho miedo las pastillas para tarados, y vivir en un manicomio, sino me dejaría llevar. Soy sincero. Dios toca en una silla que le quedaría pequeña a Torrebruno, se mete las manos en agua caliente 20 minutos antes de tocar. Dios parece el jorobado de Notre Dame.


A veces Dios es Glen Gould, cuando toca el piano; cuando no toca el piano lo abandona, como la serpiente abandona su piel cuando muda, y se va a meterse en el cuerpo de otro. Dios es un falso que va usando cuerpos por ahí como un casanova superlativo.


Glen Gould o el que sea no se da cuenta, o sí; ellos tocan ya por vicio, no pueden hacer otra cosa, pues tener a Dios dentro de uno debe ser muy vicioso. He ahí que la mayoría ya no encuentran gusto haciendo nada que no sea tocando, pintando... Todo lo demás es secundario para ellos. Son unos infelices; es decir no siguen el patrón de felicidad de los demás; follar/amar, comer, beber vino, ver como pierde el Madrid. Necedades, aburrimiento, muerte en vida; MUERTE.


Glen Gould nació en 1932, en Toronto, y murió en 1982. En 1945 dio su primer concierto. Graba las
Variaciones Goldberg en 1955. De aquella Bach era poco más que música para músicos, sobre todo esta obra para clave. Fue un éxito esa grabación; casi un fenómeno social. La razón es que tocaba Dios, y cualquiera sin el menor conocimiento musical (casi mejor) se da cuenta de ello sólo con escuchar las primeras notas.
En 1964 se planta, con 31 años; ya no daría más conciertos en directo. No soporta el olor a bolita de caca que inunda las salas de conciertos; todas esas docenas de pares de ojos de tortuga mirándole tocar le molestan, Dios es tímido y modesto y no quiere espectáculos. A Dios le aburren los aplausos. Se centra en las grabaciones; es un as de las cosas digitales aplicadas a la grabación, un pionero.

En 1981 graba la segunda versión de las
Variaciones Goldberg. Duran más, son más intimistas, menos alocadas y menos veloces. Las canturrea mientras toca; en la grabación de 1981 se escucha, sin hacer muchos esfuerzos, su voz tarareándolas. Pero tanto una como otra son versiones muy particulares de estas obras de Bach; para algunos demasiado particulares. La crítica musical, si cabe, más obtusa y cerrada que la literaria, no lo aceptó con los brazos abiertos.

Ya se sabe; fue un tipo un tanto excéntrico, no solo en lo musical. Se le “acusa” de haber padecido el llamado
síndrome de Aspergen, una especie de incapacidad para entender al prójimo a través del lenguaje corporal; es decir, dificultades serias para relacionarse, en definitiva.
Al lado de la música todos los demás artes son poca cosa, notas a pie de página, rodeos que ni rozan la verdad. Tripas; la literatura es una tripa que quiere ser alma, la pintura es tripa, el cine es quizá la tripa menos tripa. La música es alma, y el alma no se sabe lo qué es, como no se sabe lo qué es Dios. Sólo se sabe, y no sé cómo, que a veces se puede escuchar, y no me refiero a la vía Teresiana o de Juanita de Arco. Como decía Cioran que dijo Enesco; "Bach es el alma de mi alma". Alma al cuadrado es la música.

Poco más de cincuenta tenía Gould cuando murió; en la pequeña lápida de su tumba están grabadas las tres primeras notas de las Variaciones Goldberg.

Las tres primeras de esta grabación; 1981, si no me equivoco.

16 comentarios:

Mabalot dijo...

Se me olvidaba decir que hay que escuchar las Variaciones a un volumen muy alto; si tenéis familia y creéis que podéis molestarla, mejor los matáis. Matar al perro también si hace falta; el caso es escuchar muy alto las Variaciones.

conde-duque dijo...

Ya puestos podías habernos regalado el enlace, que yo soy un inculto musical (que no me saquen del Réquiem de Mozart, que me pierdo) y no he escuchado a Dios tocar el piano.
A Bach sí, y me gusta; recuerdo un verano que me emocioné con el órgano del monasterio de Poio... Es que Bach es más de órgano de iglesia, que suena más a Dios.
Excelente post.
Un saludo.

Mabalot dijo...

Jejeje... no me diga que no mola escuchar a Dios tocar el piano; yo siempre lo tuve por un tipo rencoroso y malencarado y mira ahora tú por donde, me lo encuentro en google video tocando (como Dios, valga la redundancia) el piano.
Sí, pero en la Iglesia hace más frío. En el monasterio de Poio no sé que tal sonará, supongo que bien. A mi me gusta mucho el monasterio de Lérez; soy exactamente de allí, bueno no del monasterio concretamente, de por allí.
Por cierto, hablando de monasterios; yo no vi El Silencio, tú sí?? En caso afirmativo, qué tal??

Miguel Sanfeliu dijo...

Un post muy interesante.
Saludos.

Mabalot dijo...

Por cierto, el enlace del video que cuelgo aquí (VG,1981) es este;

http://video.google.es/videoplay?docid=-6984208089899995423&q=glen+gould

Y un trozo de una entrevista (Gould habla como una ametralladora; es jodido seguirlo para los que tenemos un inglés flojillo):

http://video.google.es/videoplay?docid=5202044669918515408&q=glen+gould

conde-duque dijo...

Gracias por los enlaces.
No, todavía no he ido a ver "El silencio". Desde luego, nadie quiere acompañarme, tendré que ir solo (es más adecuado en este caso, además).
Mi hermano la vio y le gustó mucho. Y es de los que si se aburre se sale del cine...

conde-duque dijo...

Ah, coño, es que me creía que lo último era una foto, no un vídeo...
Por cierto, soy un fan total del monasterio del Lérez. Tiene un aire muy misterioso, místico... (Allí vivieron el padre Feijoo y el padre Sarmiento, ¿no?). Las vistas hacia el río son preciosas. Hay detrás del monasterio un árbol con un agujero tremendo desde el que hice alguna foto. Me gustaba cruzar el río junto a las vías del tren.
¡¡¡¡Ah, y en frente del monasterio, al otro lado, tengo los primeros recuerdos de mi vida: imágenes en nebulosa de un antiguo templete o quiosco!!! Según me dijeron mis padres, yo iba en cochecito y tendría poco más de un año... Se repiten esas imágenes en algunos de mis sueños... Un poco raro ¿no?

Mabalot dijo...

Vaya memoria!!! Con un año más o menos; pues esa es también la zona de mi infancia; yo iba al colegio de Lérez, un poco más arriba, tirando para el Castelo, y en ese monasterio recibí los santos sacramentos y hice pis por la esquinas, incluido en el árbol ese del agujero; tengo fotos de enano en ese sitio. Ahora creo que está el árbol con unos soportes que le ayudan a llevar la vejez.Enfrente la casa del cura,que forma parte del monasterio, había, detrás del muro, un campo de fútbol improvisado dónde era muy fácil desnucarse con los pedruscos. Lo del templete o kiosko no sé. No cambió tanto esa zona; sigue más o menos igual. No llegó la fiebre de los chalets allí.Ahora no hay bosta de vaca por los caminos; antes era lo más normal.
Yo vivía en la zona más cercana a la carretera nacional, la 550, A Ferreira. Hace siglos, me parece; para mi todo eso también es un poco una nebulosa.
La verdad es que ya es casualidad; a poco más somos familiares...

Anónimo dijo...

Yo creo, sinceramente, que a los tres nos separaron al nacer. Investiguen, investiguen, que aquí hay novela.

Anónimo dijo...

Hola Mabalot,

tienes un blog muy chulo. Me ha gustado especialmente este post. Yo también soy Glenngouldmaníaco, e incluso escribí un post (no tan bueno como este) sobre este tipo: "La silla (y la peluca) de Glenn Gould".

Saludos desde la Maquinaria

Mabalot dijo...

Gracias Rrose, bienvenido. Acabó de leer tu post y me encanta. Encantado de que te pases por aquí; cuando quieras...

Dodot Bronze dijo...

Ese árbol, el campo de atrás donde se jugaba al fúbol y el chocolate con churros de la comunión

Mabalot dijo...

Y el cura se llamaba don Herminio, tenía unas gafas de cristales verdosos que le ocupaban dos tercios de la cara y llevaba siempre los hombros nevados... El monaguillo era el tonto del pueblo y se escojonaba en los entierros, el pobre.

Me alegra mucho que se pase por aquí, Sr. Dodot. Ojalá le veamos más veces. Un saludo.

Anónimo dijo...

¡Un respeto para los que nos descojonamos en los entierros!

Anónimo dijo...

El monaguillo que yo digo daba lástima porque sufría mucho; se descojonaba a la vista de todo quisque, casi a la vista del muerto y a unos pasos del cura. La verdad es que el cerebro le jugaba una mala pasada obligándole a reír en tales circunstancias.

El Rincón de Laura dijo...
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