21/6/11

La razón de la sinrazón que a mi razón se hace

TENIENDO en cuenta la reacción de los voceras de la derecha, ultra o no, ante la manifestación del domingo, no hay duda de que fue todo un éxito. Ladran, luego cabalgamos, que dice el proverbio árabe. Lo que no está tan claro es hacia dónde se cabalga, por mucho que la derecha mediática empiece a asociar al 15M con el enemigo.

Por lo de pronto, estos del 15M parecen bastante indiferentes al idioma oficial de toda manifestación (de ahí la indignación del pobre Carod); hasta ahora no había pancarta que no fuese escrita en gallego, y en las plazas por las que he pasado (hace un par de semanas Vigo, algunos días por Santiago y el otro día Coruña) hay más cartones rotulados en castellano que en gallego. Y si no se asume ni ese acuerdo tácito de berrear en gallego en las manifestaciones entonces es que están muy hasta los mismísimos de todo. De Todo, ya independientemente del idioma. O eso o que nos invaden, lo cuál tampoco estaría mal, teniendo en cuenta la de jubilados que tenemos por aquí.

***

ENTIENDO la buena escritura como aquella por la que uno puede pasar sin verse obligado a frenar para entender qué cojones nos está queriendo decir el escritor. Sobre todo si parece que está queriendo decir algo. A algunos les vemos las ganas de decir algo, pero no llegan, se pierden y nos perdemos. Yo sólo quiero volver a una frase para disfrutarla, para profundizar en sus posibilidades, si acaso. La buena escritura tiene pocos baches. Enredaderas las justas.

Otra cosa es esa redacción servil que nos quisieron enseñar en el colegio. No me repitan, fuera cacofonías, y extrememos la higiene en el texto con una puntuación ortodoxa. El punto y aparte, que es casi una reverencia de caballero o dama ante el ilustre lector. Después vamos a los higienistas más cerriles y encontramos que no aciertan nunca con las comas, y no se sabe qué les falta, quizá una glándula.

A mí, las licencias que se permite Marías en su prosa nunca me molestan, o no suelen importarme. Al contrario, lo tengo por uno de los mejores prosistas. Lo que no soporto, por ejemplo, es esta frase del Profesor, a la que volví una y otra vez, espeso yo y espesa la frase. No sé quién más espeso, pero seguramente podía haberse escrito de una forma menos envarada.

“Por cierto, cada vez descarto menos que el mejor modo de opinar sobre algunos asuntos no sea el de callarse.”

Si la repites mucho te entra la risa floja y pierdes fuerza en las manos. Yo es que últimamente sigo mucho a El Profesor. Le leo en una entrevista la razón de frases así:

“Otro asunto es lo que usted amablemente llama complejidad y otros cripticismo o incluso que se me hace la polla un lío. A veces no puedo ser claro, porque simple y llanamente no sé lo suficiente sobre lo que escribo para poder ser claro.”

Para un examen no creo que sea mal recurso. No acabar de decir ni una cosa ni otra, a riesgo de no errar, no sabiendo si era una cosa o la otra. Me gusta mucho cuando dice:
“Tengo prisa, siempre lo digo.
Creo que la clave de escribir es esa; tener prisa. Y la clave de cualquier arte. Sin prisa no se escribe nada que valga la pena, o incluso nada de nada. Pero con la condición de leer lo escrito y rasurar los follones que haya dejado uno en la página.

Termino. Esto está muy bien, esto que dice, sobre lo que podríamos llamar el estilo grunge:
“Para mí el arte es limpieza. Y lo más grande se produce cuando a la higiene general de un párrafo se le añade un elaborado descuido, casual, “arreglao pero informal”.


3 comentarios:

Mabalot dijo...

Blogger me funciona como el culo de un estreñido. Probando...

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Tiempo atrás me aficioné a El Profesor. Todos tenemos debilidades y entre las mías, lo confieso, quizás haya una cierta tendencia a solazarme con las boutades y a dejarme impresionar por la erudicción ajena. Ahora mismo el tipo (El Profesor) me produce hartazgo y me pone, hablando en plata, de "mala hostia". Será que me voy volviendo viejo y algo menos ingenuo.

Mabalot dijo...

DE cada diez artículos que escribe, o le leo yo, me entusiasma uno, quizá porque yo también tengo mis debilidades y me caen mal los talibanes del feminismo o de la ecología, y en general los talibanes, gentes con muy poco sentido del humor. Pero es que entonces también me lo cargo a él, que sí, se toma los asuntos en serio, pero con una seriedad de pastor de cabras al que se le fue agriando el carácter a fuerza de oír los cencerros todo el santo día.

Un abrazo.