Aquí Marguerite, tan etérea… y el perfil arrebatador de Clarice oliendo flores una mañana de junio.
Ahora que lo pienso nunca me enamoré de una escritora. Y eso que me enamoré de miles de mujeres (dios, qué cursi es la palabra enamorar, y la estoy usando). Digo, bien, miles. A veces más de una cada día. Hasta más de una por minuto. De esas miles, o millones, ni un 0,1 por ciento me correspondió (con una mirada al menos), y eso tirando por lo alto. Y teniendo en cuenta esto no recuerdo ni una sola escritora de la que dijera; joder, qué buena está esta tía. Y además sensible, con alma y tal. Y me refiero a las escritoras que conocía por fotos, no en la realidad. En la realidad sí que estaba la cosa cruda. Conocí a varias y me parecían buenas personas, nada más. O simpáticas. O simplemente inaguantables. Además eran mayores y algunas parecían cabreadas por el hecho de que uno no fuese mujer, como si fuese mi culpa. De las poetas no quiero saber nada; me dan miedo. Toda una vida leyendo para no haber encontrado a una que admirara más allá de lo que escribía. También hay que decir, ¿para qué? Recuerda el soneto aquel de Quevedo en el que se burla del que quiere mujer sabia, que él las prefiere de buen ver y analfabeta. Tendría que buscar el soneto ese. Levantarme. Recuerdo, continuando en ese ámbito platónico, que llegó a gustarme la protagonista de algún culebrón. Antes había uno en la gallega, y me gustaba la mujer del malo. El malo era como JR, pero a la gallega; en lugar de petróleo manejaba bosques de eucaliptos. A veces la veo por la calle, a la mujer del malo, y me parece aún mejor chica, hasta un poco triste. Las guapas tristes son las peores; inalcanzables y contagiosas. Un peligro. Decía Ramón que las mujeres tristes traen el cáncer y la ruina. Las mujeres tristes son las ideales para amores platónicos, cuando vamos soñadores mirando por la ventana en el asiento del autobús. Pero todo eso era antes, yo hace tiempo que tengo atrofiada la capacidad de encandilarme amorosamente. Estoy distraído. Llevo años distraído, como esos locos que van por la calle hablando solos y gesticulando. Bueno, no tanto. Esta nota viene a cuento porque leía el otro día Primavera sombría de Unica Zürn. Lo único que sabía de ella era que había salido de algún país centroeuropeo y que escribió unos cuantos libros raros y que acabó tirándose por una ventana. Esos datos son ciertos, pero la foto de la solapa me tenía intrigado, sobre todo después de leer la novelita. En esta foto tenemos a una mujer de pelo recogido y delgada (nos la imaginamos huesuda); mira fijamente a alguna parte y parece posando para un pintor. Tiene un poco cara de bruja de toda la vida de joven. Cuando llegué a casa, después de leer el libro en el coche mientras conducía mi mujer, tenía curiosidad por saber cómo era en otras fotos. Me pareció muy atractiva en alguna foto de joven, y muy horrible unos años más tarde. En este caso podemos decir que la enfermedad mental tomó su rostro. Contrasta en las escritoras ese aire tan encantador de jóvenes y después otra cosa. Como en todo el mundo, pero no sé porqué me parece que en ellas, las grandes o pequeñas damas de la literatura, ese contraste es mayor. Quizá sea cosa mía. También la Duras, tan leve y lolita de joven, y tan rana y espantosa más adelante. O Clarice Lispector, de una belleza felina (sólo le falta los bigotes de gato) de joven y con ese aire tan distinguido y civilizado de mayor.
Pero para feo Umbral.
La Zürn, tan sugerente de joven, y después con rostro de desquiciada.
15 comentarios:
Cada día tengo más dificultades para publicar de forma legible en el blog; sobre todo con fotos. No me permite copiar y pegar como quiero. Y sin fotos esta nota no vale un huevo. Siempre me parece que quedan bastante mal las fotos, sobre todo su queremos poner varios con formatos distintos...
No sé. Cosas de la técnica.
Como veis me salió frívolo el artículo; si tenéis algo que proponer encantado.
Por casualité esta mañana nada más levantarme leí el artículo y al instante vi que lo habías quitado (pensé: "será por la cursilería esa de enamorarse..."; que no, jajaja). Lo de las fotos, no sé, a veces se ponen farrucas.
Pasando al contenido: yo también era un enamoradizo de esos (miles, sí, miles) y tampoco siento mucho interés por las escritoras. Me gustan más las arquitectos, por ejemplo, y no es por la pasta.
A mí la que me mola bastante, aunque sea bastante más talludita que nosotros, es Carmen Posadas. Pero no creo que valga porque no he leído nada de ella.
No se me ocurren ahora más literatas que me gusten... Bueno, la hija de Paul Auster, pero tampoco valdrá.
Si me acuerdo de otra te lo digo.
Acaba de mirar en Google y Carmen Posadas tiene ¡55 tacos! ¡¡¿?!! Pero si podría ser mi madre!!!... ¡¡¡¡Doctor FREUD, sálveme!!!!
No puede ser, mira:
http://elviajero.elpais.com/recorte/20060422elpviavje_1/SCO250/Ies/Carmen_Posadas.jpg
Y aquí:
http://www.canal-literatura.com/Noticias/CarmenPosadas1.jpg
Aquí con Martin Amis,
http://www.noticiasdealava.com/ediciones/2006/09/24/mirarte/cultura/d24cul86.446442.php
Qué pensabas??? Carmen Posadas está bien ,pero es abuela, macho. Yo también había pensado en Carmen Posadas, pero no vale, porque no nos interesa ni de rebote.
Vaya maldad; parece esto el Hola de frikis de la literatura.
En todo caso, lo más fiero son las mujeres de los escritores. Menudo plantel. Sin entrar en la de Cela ni de Alberti; yo creo que tuvieron que sufrir todas mucho.
Me gustan las mujeres cuando conducen.
Acabo de releer ese comentario tuyo y me hace gracia; "Lo de las fotos, no sé, a veces se ponen farrucas." Jajajajaja... No sé porqué me parto con esta frase. Yo liado con las malditas fotos y la letra que o me sale muy grande o muy pequeña y me quedo hecho un cristo y tú me dices que farrucas.
Hacía tiempo que no oía la palabra; va muy bien con el tema, por cierto. Qué machista suena todo.
Me parece fatal que no hayas citado a Francoise Sagan.
Jejeje, Carmen Posadas... Presenté hace cinco años una conferencia suya, y luegos cenamos cuatro unos mariscos. Largas y preciosas piernas. Pero, salvo en la edad (que es una edad escandalosamente sexy), no es mi tipo.
Bueno, Manuel, es que tu tipo -si no recuerdo mal- eran las Oscar Mayer... y Zenobia-Pulpillo.
:D
¿Francoise Sagan?
Casi prefiero a Umbral, con esa melenita... Dios, no entiendo como hablas de la Sagan; para mí no tiene encanto ninguno, hasta me parece un tío y con peluca...
Al menos Umbral no tenía peluca.
¿Qué me dices de Gertrude Stein? ¿Es tú tipo?
Yo apostaría a que F. Sagan es un travelo:
http://vietsciences.free.fr/biographie/artists/writers/images/francoise-sagan-003.jpg
De frívolo nada; comparto contigo esa tendencia vital al enamoriscamiento. Pero millones... Eres gallego de pro, pero cuando te pones tremebundo pareces haber nacido al sur de Sierra Morena. Un abrazo.
... Ah, y yo me quedo con Clarice.
... Pero tengo también debilidad por Amélie:
http://blogs.nortecastilla.es/blogfiles/CampoGrande/NOTHOMB_A1.jpg
Gran post.
Amelie mola. Las cantautoras también.
Cordon, ya pareces Ray Lóriga. Amelie tiene fotos, por ejemplo la que nos pones, R; en otras da miedo, también.
Es que la Sagan tiene una cara... ¿Será que fumaba demasiado?
Sí, R; a Clarice daban ganas de morderla, cariñosamente, se entiende...
Jajaja, Oscar Mayer y Zenobia! Pero qué retorcidos sois! Y con tanga, con tanga...
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