En una carta (18 de marzo de 1908) Proust afirma que escribe sus parodias "porque soy demasiado perezoso para escribir crítica literaria, y porque he descubierto cuán divertido es hacer crítica literaria práctica."
Dice también; "En el caso de escritores gravemente intoxicados por Flaubert, jamás recomendaré con el suficiente encarecimiento la purgante y saludable virtud de la parodia; es preciso que hagamos una parodia a plena consciencia, para evitar malgastar el resto de nuestras vidas escribiendo parodias involuntarias."
Sacadas de la biografía de Proust escrita por Painter, que no sé si es la mejor, pero es la que leí hace años. Razona Painter: "Las parodias escritas por Proust también tenían el objetivo de atacar el mal empleo del estilo a modo de artificio, de evasión de la realidad, de adorno de vaciedades, de explotación del aspecto más superficial de la personalidad del escritor, de concesión al lector poco atento." Concluye: "Las parodias fueron el antídoto contra las toxinas de la admiración."
Sí, la admiración, cuántos estragos... en la escritura.
2 comentarios:
En catalán decimos que “qui no te feina el gat pentina”. ¿Quién no disfruta de la parodia? Pues el afectado que tiene malas pulgas. Lo curioso es que si la literatura la mayoría de las veces es una parodia de la vida, la paradoja de la parodia de la parodia es que se acerque más a la realidad que la que intenta imitarla porqué la realidad siempre acostumbra a ser mas absurda de lo que somos capaces de imaginar
Parodia es también admiración; la otra admiración, quizá la más profunda, y por supuesto inteligente. Montar y desmontar los mecanismos. Parodia no es burla. A veces es imposible acercarse a algo, a la realidad misma, sin dar un rodeo por la parodia, y acercarse poco a poco, y llegar más lejos, más allá, o acá...
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