19/1/07

Un buen cocido; Valle-Inclán

Yo a Valle no lo leo desde hace siglos; lo leí en su momento y no sabía si reírme, llorar, comer un cocido o dejarme barba. Ante la duda hice todo. Disfruté del cocido, disfruté de Valle, pero el cocido es para los domingos, y no para todos; llega un momento en la vida del esclavo en que casi nunca es domingo, ni siquiera los domingos, y el cocido es de domingo muy domingo, no un domingo cualquiera. Después del cocido de nuestras madres (todas las madres del universo hacen cocidos así) perderíamos al ajedrez con un chimpancé retrasado.

Valle-Inclán es un cocido; sólo para los domingos, pero como ya dije, esclavito de plomo, uno no tiene tiempo para tener domingos (o ese tipo de domingos, y además, qué coño, a mí no me gusta el domingo), y esa flora barroca y algo empachante queda para cuando seamos viejos y la demencia nos haga llevar pañales, escuchar a Luis del Olmo (cómo estará...) y leer a Valle. El mejor Valle es el que habla; en las entrevistas, porque habla "normal" y dice maldades. Las maldades son siempre buena cosa, el espíritu las agradece; "¿Cómo mejorar el teatro español, don Ramón? Primero, matando a los hermanos Quintero...".

Traducir su prosa es imposible; o saldrá algo tan diferente a lo que es el original que será como estar inventando a otro autor.

Despreciar a Cela tiene su aquel, además de su razón, pero Valle es intocable por aquí, por estos pagos del noroeste. Hay que leerlo, aunque sólo sea para saber que lo bonito elevado a la enésima potencia de la cursilería erizada como rabo de cochino vale poco y que escribir es otra cosa. Juegos malabares interesantes. Cocido; con garbanzos, patatas, carne de ternera, de cerdo, verdura, pollo, costilla, panceta, y horas y horas de fuego lento. Verdadera literatura garbancera.

Qué hambre me está entrando.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué razón tienes... Co-ci-do. Tres sílabas que añoro por estos mundos italianos. Y pensar que el peor momento de la semana, después de resaca de sábado, era tomarse esas patatas, verdura, ternera, lacón, et cétera. En fin, esperpéntico (guiño) nunca mejor dicho. Y pensar que leer Cela y Valle-Inclán es tan pesante como esa resaca post-fiesta-sabato. Y pensar que en el fondo se les echa de menos
Fin

Anónimo dijo...

Me parece que hemos entrado en conflicto, Mabalot. ¡En un crudísimo conflicto! Pero en fin: tampoco hemos venido aquí a comernos todos las pollas, ¿no? ¿Es bienvenida la disidencia? Pues muchas gracias por abrirme la puerta.

Femeninas, su librillo pontevedrés, y las Sonatas (todas las Sonatas) son las dos particulares cumbres de mi pequeño santuario literario. Y todo el modernismo que abomino en Darío lo adoro en Valle. ¿Por pontevedrés? No creo. Más bien, por pirado, por tremendista: Bradomín poniéndose cachondo cuando a la Niña Chole le arranca la pierna un tiburón, y le pide que se vayan a follar directamente. O así lo recuerdo: igual no era la Niña Chole. Y todo ello envuelto en modernismo: menudo cabrón. Me gusta mucho Valle. Muchísimo. Y no sé si es tan intocable como dices. El nacionalismo aquí, o al menos el más ortodoxo, no lo puede ver delante. Le confío un secreto algo cambiado, por si nos escucha alguien: un alto cargo de la Xunta (la de Galiza, no la de Galicia: ya sabes que hay dos) le sugirió a un autor escribir un libro sobre alguna figura egregia gallega, y éste propuso entusiasmado a Valle-Inclán. Mueca de espanto y una frase de desdén: “Ése no es gallego”. A Valle se le olvidó a principios de siglo pedirle carné, y además escribió en castellano: blasfemia.

En fin. Que escribiría más de Valle. Que, aunque babeo con su modernismo, es sin embargo Luces de Bohemia su obra más leída y más admirada por mí, y que he hecho mío en algunas ocasiones aquello de “me quito el cráneo”. Mala estrella, y demás. Un saludo, Mabalot.

Mabalot dijo...

Anónimo, creo que tú hablas de otro tipo de cocido; tú hablas de estar cocido... Un saludo y a disfrutar la pasta y los monumentos, que en Italia hay mucho que ver, y de muy buen ver...

Manuel; una sonrisa se me dibujó en la cara cuando leo tu primera frase del comentario; lo bueno de tener un blog, además del placer de escribir y que te len inmediatamente, es este tipo de "conversaciones". No tengo ahora mucho tiempo para razones. A la tarde te respondo punto por punto.
En todo caso decirte que los autores que comento los he leído mucho y no me gustan dentro de la... admiración; otra cosa es que sean mi modelo y santos de mis devociones literarias, etc... A Valle lo leí casi todo, menos El ruedo Ibérico, está por ahí, en austral, y no lo he tocado. Las Sonatas las debí leer cinco veces cada una, sí, también es verdad que era para una cosa de una asignatura, pero las elegí yo. ¿Me lo pasé bien leyéndolas? Claro, pero es pastiche, o por eso mismo me lo pasé bien, por ser pastiche.
A Valle lo que le pasa es que tiene una pinta de escritor ruso cojonuda; esa barba, esa lengua viperina, ese gesto y ese brazo que no tenía; es un personaje más que una persona. Inventó su idioma, ni castellano ni gallego.
Valle es mucho Valle, y es de Pontevedra, pero lo que me gusta de la literatura es otra cosa...
Perdona; ahora no me puedo parar más...
Un saludo y bienvenido el conflicto si viene de ti, tan buen "conversador"...

conde-duque dijo...

Yo no sé lo que opino sobre Valle (conflicto conmigo mismo). Depende del día. Seguramente hay momento en que estoy en la línea Mabalot-Trapiello: Valle es palabrismo y nada más. Pero otros días estoy con Manuel: sobre todo en las noches de invierno, cuando empiezas a creer en la literatura de chimenea y cuentos de miedo (¡qué misterioso el "Jardín Umbrío"!), en las aventuras de (¡qué grande don Bradomín, ese Casanova "a la gallega", con cachelos y pimentón!), incluso me dejo embelesar por ese timo en verso qwue es la "Lámpara maravillosa"... Sí, la etapa modernista y Luces de Bohemia; lo demás ya no tanto. ¡Craneo previlegiado!
Por cierto, lanzaría una propuesta -quizás absurda, a lo mejor son los efectos de la absenta- a los dos pontevedreses para escribir una novela a seis manos. El argumento lo tengo más o menos esbozado pero me siento incapaz de escribirla yo solo. Podría ser un pasatiempo curioso, y quién sabe si algo más... Como ejercicio de investigación pontevedrés podría ser muy ineteresante. Lanzo el guante; por supuesto, acepto negativas y todo tipo de respuestas; faltaría más...

Mabalot dijo...

Estoy deseando saber qué tramas, Conde-Duque, y nunca mejor dicho. La única duda ante este tipo de cosas es saber si uno podrá aportar algo, a fin de cuentas cada uno escribe de lo que puede o sabe, o hace que sabe... Pero sí, la cosa tiene su gracia; todo lo que sea escribir, en principio, me lo paso como un enano. Si tienes pensado escribir un Ulises con base en pontevedra me lo pienso, pero creo que no van por ahí los tiros.

Soy tío de grises, aparte de ser un poco gris; que le conmuten la pena a Valle; que no ruede esa cabeza barbada y noble, que se salve para la eternidad ese cráneo privilegiado.
Para las noches de invierno, como dice C-D, al lado de la chimenea en un salón como un campo de fútbol, oscuro, en un Pazo gallego, con esos pasillos fríos y enormes por los que pasamos con un cándil camino de nuestra alcoba... pero nos detenemos ante la puerta de Ella; una clorótica belleza y anémica y blanca (o mejor trasparente) como sábana de seda etíope y multiorgásmica; solo con mirarla... Qué noches de invierno, qué abrigo este fuego...
Un saludo, amigos...

Portarosa dijo...

(No sé si dejarme ver o quedarme aquí agachado: ¡un coruñés entre pontevedreses!)

Mabalot dijo...

Es usted bien recibido entre "portugueses"; haremos una excepción con usted, así que puede dejarse ver lo que quiera y láncese al vacío si quiere, con confianza, que lo cogemos.

Sea bienvenido.
Un saludo, don Portorosa.