20/1/07

Don Ramón por Ramón con Trapiello de carabina


Espasa (Austral) acaba de publicar la biografía de Valle-Inclán que escribió Ramón. 19,90 euros, toma ya, una cosa tan fea a la vista. Es una edición especial en tapas duras; con una una camisa de papel satinado bastante vulgar. Y no es que sea un libro para leer; es un libro para tener, para hojear, para que te lo lean mientras duermes a ver si algo queda. Se añade a la coña que el prólogo es de Trapiello. Lo abrí en la librería; no pude resistirme a saber, y además era gratis, qué decía el ilustre diarista de tales señores; empieza confesando que no cumple los rigores de prologuista, pues ni es de Ramón ni de Valle, ya que ambos son muy suyos y el suyo de ellos no es el suyo de él. Es lo que vino a decir, liando un poco la cosa.

Vamos; ni se pirra por Ramón ni se pirra por Valle. Pero el prólogo lo escribe. También es verdad que quién leches lo iba a escribir; no hay un valle-inclaniano decente y famoso ni un ramoniano tan llamativo que le vayan al pelo a tal homenaje; homenaje a sí mismos, a Austral. ¿Juan Manuel de Prada? ¡Huyamos! Que seguro que ahora no nos coge; de alma no sé, pero de cuerpo es mucho cuerpo para tan esbelto libro, que hace dos o tres ramones y catorce valle-inclanes, y ya se sabe que cada uno escribe como es, el gordo escribe gordo y el delgado escribe bien... Pues sí, es un libro que tiene cosas divertidas; yo no me lo compré; soy un ladrón frustrado. A mi me hubiera gustado ser un gran ladrón de libros, o ya que nos ponemos de bancos. Pero no tengo cojones para robar libros, que no está tan mal visto, y mucho menos para robar bancos. Algún día contaré mis escasas incursiones en el mundo del crimen desorganizado de hurto de libros; empezaba a sudar solo salir del portal.


El caso es que este libro lo leí hace tiempo; me lo dejaron. La edición de austral clásica; ahora austral brilla; sí, los marcos de cuadritos de colores (verde; ensayos y filosofía) ahora deslumbra; parece que les pasaron la pulidora. Anoté de aquella alguna cosa que escribe Ramón o que cita de Valle (el que guarda siempre tiene). Son muy interesantes.

Yo le oí alguna vez su teoría del escribir, según la cual hay tres maneras de escribir: de rodillas, de pie y en el aire. De rodillas escribió Homero, que se redujo a adorar a sus héroes, a glosar sus hechos con una admiración suprema. De pie escribió Shakespeare, que ponía a los hombres y sus problemas por delante de él y los discutía y resolvía como mejor le parecía. En el aire escribió Cervantes, que idealizaba en el aire y el viento a sus personajes, dejándoles colgados de lo aéreo.”
No entiendo muy bien qué dice; o no estoy nada de acuerdo; Sancho Panza es vecino nuestro.
“-¿Se habrá acabado el arte, don Ramón?
-El arte no se acaba nunca –me repuso- y no se acaba nunca porque el arte sirve para pasar el invierno, ya que el arte es siempre primavera.”
El arte es estar pidiendo limosna al cielo a la puerta del templo.
"Los siglos no pasan... ¿Alguien los ha visto pasar? Es el mismo siglo que vuelve a usarse.
En el entierro a un amigo dice al oído del que le acompaña:
-¡Qué felizmente debe pudrirse uno en esta paz!”
Y bien, ahora Valle descansa sus huesos (iba a decir se pudre) cerca de mi casa; a las afueras de Santiago. A veces voy andando y le leo una página del Código Da Vinci; y acerco la oreja a la lápida a ver si se revuelve...
Dijo no sé dónde, Valle (y ese es el Valle que me gusta y de la manera que me gusta); “Yo no aspiro a enseñar, sino a divertir. Toda mi doctrina está en una sola frase: ¡Viva la bagatela! Para mí haber aprendido a sonreír es la mayor conquista de la humanidad”.

Y para acabar una cita que no demuestra nada ni quiere demostrar nada pero que me hace gracia, como ejemplo; pues sí, es sabido que Trapiello se caga en los santos escritos de Valle con frecuencia (supongo que la tirria tendrá algo que ver con la defensa de Galdós, al que Valle despreció después de muerto, asignándole el patronazgo de la Garbancería literaria, cuando en vida lo acosó con zamalerías y peloteos varios, cosas de la vida) pero, chico, Trapiello (que tiene buen gusto y tiene que ser buen tipo porque le gusta Galdós), a mi a veces me recuerda a... Valle.

Yo lo leí y más de una vez, sobre todo en los Diarios (
esos tochos cada vez más tochos), encuentro fragmentos, bonitos, que suenan a Valle; valga el ejemplo:
La lluvia arrancaba de las viejas tejas el sonido opaco, primitivo y monótono de un romance medieval, y al correr por los canales parecía acompañarse de su lamento propíncuo y desgastado”.

En El Mundo, vía encuentro digital , que se dice,
con Trapiello me encuentro esto;

"8. ¿ Porqué no le gusta Valle Inclán? A mi me parece un auténtico genio de la literatura y Luces de Bohemia uno de los mejores libros.

me encantaría conocer las razones por las que piensa todo eso de valle, aunque le responderé lo que el propio valle inclán respondió en una acalorada discusión con un cuate en el ateneo de madrid: eso que me va usted a decir es mentira."

Ahí queda dicho; el ying y el yang...

11 comentarios:

conde-duque dijo...

No sabía que hubiera salido esta edición, habrá que verla. Yo era -supongo que lo sigo siendo, pero menos- un fan total de los diarios de Trapiello. Aunque nadie se dé cuenta, yo creo que es la "gran obra literaria" de estos años en España, y quedará ahí para los restos (a ver si le dedico un post en breve a don Trapiello).
Sí, es cierto, yo también lo había pensado: Trapiello se ha ido valleinclanizando en su estilo, ahora busca palabra raras y sonoríferas (o como se diga). En realidad no lo odia tanto, creo yo.

Mabalot dijo...

Estamos en la misma; yo también era un fan de los diarios de este hombre. No sé si es la gran obra o si todo se va a ir por el váter con los años, él está convencido de que escribe para la posteridad, tan stendhaliano, pero no sé. Es un poco lo que decías ahí atrás sobre escribir demasiado, sobre no tener freno, etc... Y en este caso es así; la vida es corta y hay que hacer más cosas; no puede uno dedicarse a la aventura de leer las más de diez mil páginas de sus diarios con la atención que quizá requerirían; pero están bien, me gustan mucho (quizá con menos volumen los saborearía mejor).
Digamos que, aparte gustos, es un tipo afín.
Eso pasa; alguien te cae simpático sin saber porqué y lo contrario también. Misterios. Además soy un fan incondicional del garbancero Galdós, que para mí está a la diestra de Cervantes y eso, quieras que no, en estos tiempos, une algo. Porque Galdós que yo sepa no está muy de moda y es de los pocos que lo orean algo y lo saca de las cavernas de ese realismo decimonónico dónde lo echaron a dormir cuatro capullos castizos quevedescos.
Espero ese post, C-D, como un niño un caramelo.
Que conste que la "valleinclanización" de Trapiello, anécdota, no le queda mal ,porque lo suyo es fluido y se lee así, fluido. leer leyendo es un poco coñazo; prefiero leer pensando, sintiendo etc... sin darme cuenta del ejercicio LEER. A otros barrocos se le leen los tropezones, o sea, todo es tropezón, y así se cansa uno a poco de empezar...
Bueno, yo no sé nada... cada uno opina lo que quiere...

conde-duque dijo...

Los de Pre-textos le tendrían que poner un límite de páginas, y nosotros a ellos de peso y de dinero. Lo bueno es que en este caso te puedes saltar los párrafos que quieras cuando se pone aburrido. No pierdes nada. Como si fuera una lectura de 10 km vallas.
Los leía siempre cogiéndolos en la biblioteca, así que tenía que sumarle varios meses más de espera a los cinco años que se toma Trapiello para redondear y pulir su perspectiva...

Mabalot dijo...

Así me los tomé yo; saltando páginas, como todo hijo d emadre, creo, sobre todo de los últimos que leí, pero hay cosas memorables que no se me olvidan, unas, digamos, historias que se te quedan grabadas, como el caso de aquel tipo que se le ofreció para corregirle las galeradas de los diarios y se los llevó a Madrid, desde Coruña... y resultó ser un guitarrista de la leche, discípulo de Segovia... bueno tiene cosas así y otras menos extravagantes que están bien, pero eso, saltando la paja... También la mala leche que gasta me hace mucha gracia, intentando descubrir al perjudicado, casi siempre bastante fácil... aunque otros por lo mismo le tienen una tirria de aúpa, cualquier día le dan una paliza que lo descalabran...
De la biblioteca los saqué yo también, que no hay presupuesto que aguante tal ritmo de publicación; solo compré los dos primeros en bolsillo no sé dónde, quizá en Madrid, cuando no sabía muy bien dónde me estaba metiendo.
Por cierto, la obra ensayística de este hombre tiene mucho interés; seguramente ya la conoces; "Las armas y las letras" y "Los nietos del cid" son cojonudos, o así los recuerdo.
Es un poquillo chapuzas, escribe rápido me parece, porque se repite a veces en citas, etc... Es un poco barojiano, sale como salga, pero le sale bien.
Abomina de las vanguardias, aunque es inseparable de Bonet, el ex-director del Sofía y ahora del IVAM, y se van juntos a oler libros al rastro. Se pone, para mi gusto, demasiado pureta con eso de las vanguardias. Parece que solo le interese Gaya...
Vade retro, surrealista; "Deberían haber inventado una vacuna contra el surrealismo, tan dañino siempre, como lo son los virus de laboratorio. En los trópicos todo crece deprisa, también el lenguaje." A veces se toma a si mismo y sus "primcipios" demasiado en serio.
Habría que hacerse colega de él, a ver si nos dan el Nadal, o nos publica Pre-Textos... Tú que estás más cerca puedes ir tanteando el terreno, de avanzadilla...

Anónimo dijo...

Una aportación 'anacrónica' que extraigo de 'Siluetas de escritores contemporáneos', de César González Ruano, para añadir a vuestra diatriba sobre Galdós, Valle, Ramón y Trapiello.

"Con don Ramón tuve también una extraña coincidencia amorosa. Conocí -explica González Ruano- a una muchacha de la cual había estado él bastante entusiasmado. La muchacha -excepcional criatura, que luego dio mucho juego de amores en la pequeña vida literaria española- me enseñó una carta de don Ramón, en la que decía que sólo había sentido ser manco aquella tarde en que no pudo abrazarla más que con un solo brazo. La muchacha estaba muy orgullosa de aquella bella ocurrencia. No quise decirla nada, pero me hizo mal efecto el inocente autoplagio. Aquello de no haber podido abrazar más que con un solo brazo lo había ya dicho don Ramón a propósito de la muerte de una hija suya".

Un abrazo.

©Javier Miranda-Luque dijo...

Convocatoria-web este sábado 27, sin restricción de horario:

Ciber-happening
en la blogosfera
para invitados virtuales
y transeúntes diversos
(SE SUGIERE VESTIMENTA CONFORTABLE. LA HIDRATACIÓN CORRE A CARGO DE CADA QUIEN. ADVERTIMOS QUE DENTRO DEL ASCENSOR NO HAY COBERTURA CELULAR NI, OBVIAMENTE, INSTALACIONES SANITARIAS)

Mabalot dijo...

Tiene una pinta estupenda ese libro, de Ruano; inencontrable ahora, supongo. La anécdota no la conocía; encaja perfectamente en el personaje que debía ser un águila de leches...
Seguro que en ese libro cuenta el día que pasó en Salamanca con Unamuno, por el libro que Ruano había escrito sobre el catedrático, y lo tacaño que era este; tiene gracia.
Un abrazo, don Juan...

Anónimo dijo...

En efecto, Mabalot, en ese libro cuenta la anécdota de cómo Unamuno se ha dejado invitar durante toda la jornada y cuando al despedirse González Ruano llama al camarero para pagar por última vez dos cafés, dice que Unamuno "pegó grandes voces" y exclamó:
"-¡No, no, no! ¡De ninguna manera! Paguemos cada uno el nuestro."
"El café -apostilla Ruano- valía treinta o cuarenta céntimos".

Y en ese libro, que arranca con la visita a doña Emilia Pardo Bazán, (aunque también alude de pasada a otros personajes que había conocido más superficialmente: Galdós, Cavia, Felipe Trigo...), González Ruano recrea los perfiles literarios de otros muchos escritores: Pérez de Ayala, Valle, Palacio Valdés, Benavente, Concha Espina, Baroja, Maeztu, Azorín, Blasco Ibáñez, los hermanos Machado, Miró, Eduardo Marquina, Cansinos Asséns, Fernández-Flórez, Marañón, Gómez de la Serna... En fin, una 'nómina' bastante apreciable... Abrazos.

Mabalot dijo...

Menudo pájaro que era también Unamuno; conocía la anécdota; no sé dónde la leí, seguramente en algún refrito que saqué de la biblioteca en tiempos de mari castaña.
O en ese mismo libro, que lo leí y no me acuerdo. El que sí tengo es el de Memorias, pero me decepcionó un tanto.

Gracias por los comentarios.

Anónimo dijo...

Mi querido Mabalot, disculpa mi abandono en el debate sobre Valle. Atravieso tiempos convulsos y apenas entro en internet a colgar el artículo y poco más. Pero el tema me apasiona. Valle, lo habrás adivinado, es uno de los queridos escritores. Escribiré algo sobre él a la mínima excusa. Tus argumentos son muy respetables, como no podía ser de otra forma, y las dos maravillas que ha soltado Juan Domingo me han alegrado ahora el día. Un saludo

Mabalot dijo...

Más que abandono se te echaba de menos, entre otras cosas porque estabas del lado oponente y es fundamental en un debate, y porque hables de lo que hables meneas los comentarios con brío... Un placer, colega. Por cierto, mis argumentos no son ni siquiera argumentos, tampoco razonables, son opiniones y opiniones literarias, es decir, nada, son bolsas de plástico que se lleva el viento...
En literatura apenas hay verdades, chico, aunque a veces creamos, engañándonos, convenciéndonos, de que sí, de que hay alguna... Pero no; qué va a ver verdades, eso se lo creerán algunos filólogos que quisieron darle rango de científico a lo más subjetivo, a la subjetividad misma, a la libertad le quisieron poner valla, qué tontería.
La literatura puede ser excusa para darse de bofetadas, pero no hay que olvidar que en esto dos y dos no siempre da cuatro, a veces sí, a veces no.
Un saludo, Manuel, siempre eres bien recibido. Si te sentiste ofendido por algún comentario sobre V. disculpa, no era mi intención... Y además no puede ser tan malo nuestro pontevedrés si le salió un discípulo como tú.
Un abrazo.