No tengo el libro delante. Ni detrás, ni perdido, en ningún sitio. Está en la biblioteca, lo devolví en una vida anterior; seguirá allí si nadie lo robó o lo subrayó hasta volverlo borrón, hasta enterrarlo bajo tanto arado bic, hasta convertirlo en una sopa de letras con cucarachas muertas, o en una sopa de cucarachas con letras muertas. Yo era como uno de esos monjes amanuenses que copiaban los libros para que no se perdieran; a falta de presupuesto gorroneaba en la biblioteca, y como me jodía despedirme de algunos libros para no volver a verlos nunca más, como una urraca clonaba en mis libretas los fragmentos de oro, o de plata, o de lata, qué más da... frases, frases, párrafos...
La edición de Mondadori del Diario (otro Diario) de Jules Renard (1964-1910) es una ristra de aforismos. Un diario limón, es, por ácido, por desinfectante, que vemos gotear en el ojo del prójimo, y como somos bastante cabrones nos hace gracia ver al prójimo menearse de puro fervor mientras se frota el ojo escocido. Pero también es nuestro ojo, y el ojo de Renard, que no se arredra ante nada.
Copio aquí algunas cosas:
"29 de mayo. Por fin soy calvo. ¡Mejor así! ¿De qué me servían los cabellos!"
"No entiendo nada de la vida, pero no digo que sea posible que Dios entienda algo"
"¿Seguro qué nacimos para vivir?"
"Intentan que sus bostezos parezcan sonrisas"
"Tormenta. Temo al rayo inteligente."
"El feminismo es no contar con el príncipe azul."
"¡Y cuidado! En este mismo momento exageras, haces frases. Ya no eres sincero. En cuanto quieres mirarte en el espejo, tu aliento lo empaña."
"Para triunfar hay que escribir inmundicias o bien obras maestras. ¿De qué siente usted más capaz?"
"Así, somos indiferentes a las desgracias de los demás, a menos que nos causen placer."
"Para triunfar de veras, primero tienes que triunfar, y luego que los demás fracasen."
"¡Qué estéril es la vida de un hombre de letras que no triunfa! Dios mío, yo soy inteligente, más inteligente que muchos. Es evidente. Ya que leo La tentación de san Antonio sin dormirme."
"Nuestra vida parece un ensayo."
"Soy ese señor que siempre tiene -¡ay!- la frasecita divertida."
"Pienso en alguien que ya ha muerto. Y también tú, al leer esta frase, piensas:
-Él también está muerto."
"Uno siempre se equivoca sobre sus contemporáneos. Así que no los leamos."
"Los ausentes siempre se equivocan al regresar."
Y bien; hay también muchas greguerías, o pre-greguerías, porque aún no las había inventado Ramón, o más bien, no les había puesto nombre.
Lúcido, cínico, sincero y "triste como un Verlaine de pueblo".
4 comentarios:
Qué bueno... No he leído nada de Renard, pero ya sólo por estas frases se ve la inteligencia ácida de este limón.
PD: Este finde te mando el Proyecto tal y como esté, porque si no no acabo nunca (apenas estoy teniendo tiempo estos días).
Un tipo simpático. No conozco sus novelas, pero su Diario (la recopilación de Mondadori que leí) vale mucho la pena.
Espero el Proyecto... qué curiosidad. ¿Será un argumento de novela romántica? ¿O una de terror?
No me contestes, hablo solo.
gracias por tu visita y por tu voto, yo te vote una vez mas. :)
Una buena selección.
Renard debió ser un personaje interesante.
Saludos.
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