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Supongo que es un gran consejo, yo que, cómo no, había despreciado la película. No la he visto y hasta que la vea o la sufra, como uno de esas penitencias que de vez en cuando me propino como señorito artista, la tendré en ese limbo de deseos. Más o menos. Ya habrá tiempo de estornudarla. Todo ese exotismo de lo andaluz; y además, "chorrea grasa", la cosa.

Decía Espada:"Esto es todo, pero esto es mucho, mucho, y harías mal en despreciar la película. La primera obligación de un creador es servir a su lugar y a su tiempo, y dejarse de fantasías francesas."

Tomamos nota. Por si acaso.