4/7/12

587. También le salieron novelas al códice robado. Un Dan Brown sin barajar demasiado, digamos. Pero qué grande la novela real que nos trajeron hoy los periódicos, aunque parca. Incluye algunos ingredientes interesantes; el Códice envuelto en bolsas de plástico. Se insiste en el plástico; qué es el plástico, tan ruín, tan vulgar, para cubrir ese tomo de pergaminos de incalculable valor. Además, el Códice abandonado entre mierdas. Un garage/ trastero, un pequeño vertedero privado, y ahí, entre porquerías, el tesoro. No ha ido muy lejos; a veinte minutos andando de la Catedral. En la foto de la Policía Nacional se ve un libraco que se vende al peso. Ya vemos al tipo con la colcha en el suelo, ya sin colcha, los libros esparcidos por la acera, un kilo, un euro. Y el ladrón, el supuesto. Qué poco glamour. ¿Cilicios? No, ni inminentes Apocalipsis, a pesar de la Merkel. Hablan de un electricista de misa diaria. El desayuno siempre en el mismo bar, su misa, su mal rollo con los patrones de la Catedral. Que si le debían cuarenta mil eurazos por un mal despido. Sea como sea tenemos a una familia, con señora, hijo y novia del hijo, implicados en el asunto. La realidad siempre parece un poco berlanguiana.   

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