17/3/12

546

Foto de Manuel Vilariño, que quizá quiera decir algo, al hilo del texto. O quizá no. 

Los recuerdos solo son recuerdos, o algo peor. Se encuentra uno con tantos idiotas en la vida que se nos convierten los recuerdos en un almacén de idiotas. Así, con el tiempo, dejan de hacernos compañía para increparnos, y mientras viajamos en tren el paisaje y el ánimo melancólico que en otra época nos traía recuerdos hermosos ahora solo nos hace recordar a todos los idiotas que hemos conocido en la vida, e intentamos espantarlos como se espanta una vaca los moscones, infructuosamente.

Cuando creemos habernos librado de idiotas lejanos que han vuelto por acción de la memoria, aparecen otra vez, pues en último caso estos recuerdos, estos idiotas, aparecen como neones luminosos parpadeantes, ahora sí, ahora no, y así todo el tiempo. Ni siquiera eran peligrosos, solo simples, simples idiotas quiero decir. Lo que puede hacer uno entonces es resignarse a la compañía de esos idiotas remotos, pues se han cruzado en nuestras vidas para maldecirnos mientras vivamos con su idiotez recurrente. Puede que incluso nosotros mismos hayamos quedado como verdaderos idiotas para alguien, que ya nos recordará como idiotas para siempre, aunque en ningún caso, lo dudo mucho, como otros idiotas imposibles que no han dejado de comportarse como idiotas ni un solo segundo de sus vidas, que no han sido momentáneamente trastornados por una idiotez pasajera, como en nuestro caso quizá, una idiotez si acaso contagiada por los idiotas más convincentes, sino que han actuado como idiotas en todo momento, sin descanso, sin tregua. Incluso es algo admirable, esa constancia, aunque sea en la idiotez.

Así que, acompañado por tantos recuerdos, por tantos idiotas, me enervo y me río, porque no hay idiota que no pueda hacernos reír de vez en cuando con sus idioteces. El que me vea reír, solo, en el tren o en el autobús, pensará; Se ríe como un idiota, sin razón.

Pero no; tengo razón. Me sobran razones para reír, al igual que me sobran idiotas. Idiotas, ya digo, que vuelven del pasado, como un eco.

No hay comentarios: