24/2/12

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Escribir. Casi es una palabra que me resisto a escribir. Cada vez que la escribo en algún cuaderno me digo; ya estamos. Le va cogiendo uno tirria a la palabra, como si al usarla estuviese faltando a lo que la propia palabra expresa, como si escribir sobre escribir convirtiese toda página en un clinex usado. Y en cambio he leído cosas muy instructivas y hermosas sobre el tema. Bah, no esos manuales que nos hablan de la estructura, del estilo, de los personajes, del tiempo, esas idioteces que nos enseñan a escribir novelas, sobre todo a los que nacimos pobres. Manuales como de guión de novela. No, eso no. Bueno, sí, hay una artesanía que es necesario aprender, pero que también es necesario, quizá más necesario, olvidar. Si persisten los conocimientos darse un golpe en la cabeza como hizo el buen Borges, antes de convertirse en el gran Borges. Me estoy acordando de Canetti, muy consciente de lo que es escribir, leer... que tantorumia en sus apuntes. Handke, también. Kafka en el Diario. Stevenson. Proust, cuyo libro Sobre la lectura he leído tres o cuatro veces. Y claro, Nietzsche ("Se aprende más rápidamente a escribir con grandilocuencia que llano y ligero. Los fundamentos de ello se pierden en lo moral"). Me recomiendan Cuadernos de escritura, de Carlos Pujol. Aforismos y artículos sobre leer y escribir. Dice Pujol en el prólogo: "Más que consejos, que siempre encierran el peligro de que alguien los siga, son avisos para la propia navegación, recordatorios de uso semiprivado que no aspiran a hacer prosélitos."

Se leen los aforismos y casi se jalean como hacen las aficiones con la alineación de un equipo ("Hacer libros divertidos pero secretos, ésta es la fórmula"). Los hay esenciales, que confirman lo que ya estaba en nosotros, pues el buen aforismo también lo es porque lo reconocemos, porque larvado (o no) permanecía en nosotros. La literatura es un reconocimiento y el aforismo más. De vez en cuando un palo; inevitable, maestro. No había leído apenas a Pujol, pero al hablar de literatura me está hablando de lo que yo entiendo por literatura. Estamos en el mismo barco, o en la misma chalana. Somos dos, somos doscientos, no sé. Parece que entre dos y doscientos, no más. Entre los best-sellers y los supermodernos tiene que haber un rincón para los solitarios. Y están esas maldades también, qué sería de la vida sin esas gotas de limón. Hay que saber reírse de todo; "Lo peor de la literatura son los que dan lecciones acerca de cómo escribir."

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