27/11/11

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Michon. Que me tiene cara, ya sin pelo, como enfermo, el cigarro ostentoso, el gesto de apuntar con el cigarro a los cielos, me tiene cara, digo, de niño anciano que siempre ha sido un poco anciano y al que han arreado de lo lindo en el colegio. Y qué escritor. No sé qué escritor; qué libros. Qué prosa. Ni azúcar ni sal ni gaitas. Escribe cara de palo, suelto, festivo. Es uno de esos a los que habrá que conservarle hasta los papeles con las listas de la compra. Yo se las leería. Y cada vez escribe mejor. Los once está muy bien.

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Otro francés: "Una niña vuelve de la playa, al anochecer, con su madre. LLora por nada, porque habría querido seguir jugando. Se aleja. Ya ha doblado la esquina de la calle. ¿Y acaso no se esfuman en el crepúsculo nuestras vidas con la misma rapidez que ese disgusto infantil?" [Patrick Modiano, Calle de las tiendas oscuras]

Comprendo que si fuese un tipo un poco sensible este fragmento me pondría la piel de gallina. Tampoco sé muy bien por qué. Somos muy raros.

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El Babelia cada vez es más ridículo. Ya ni siquiera hay nada para recortar; fotos, por ejemplo. No digo ya para leer. Ahora yo mismo se lo cedo a la cocina, para que chorree el aceite que le sobra a los fritos y no se manche la encimera. Anda y que chorree.

1 comentario:

Portarosa dijo...

¿Los once?
I'll try.

Un abrazo.