6/7/11

Canas

PARA un periódico de sucesos, ya no locales, sino microscópicos. Un periódico cuyas noticias no puedan interesar a nadie, o sólo a los protagonistas de la noticia. Titular de hoy; Una azafata se desmaya en un congreso de dermatología. Y después la parrafada. Testimonios, que hable su madre (¿la noche anterior había salido?), que hablen los dermatólogos. Queremos saber cómo ocurrió todo, porque es una noticia importantísima. Y una posible pregunta: ¿Qué diapositiva estaban pasando en ese momento? Puede ser determinante.

Nota: atenerse siempre a hechos reales, contrastados. Nada de licencias de novelista. Este periódico está basado en hechos reales... como en aquellas películas malísimas que ponían en la tele para hacernos llorar. Y, claro, se lloraba, se llora. Era una realidad siempre muy melodramática.

Podemos añadir también eso de que cualquier coincidencia con hechos o personas reales es mera coincidencia. Para confundir. Podría ser un periódico que se hace en un psiquiátrico para pasar el rato y de paso hacer terapia ocupacional, que se llama.

*

QUÉ problema tiene no lo sé. En su mirada fija en un punto imaginario vemos ese estar acordándose de algo continuamente. Pero nunca acaba de volver de allá a donde se haya ido, de ahí que sea una señora que lo trae y lo lleva a todas partes. Siempre lo he visto del brazo de alguien. Es, claro, el niño envejecido, el niño señor, casi viejo. No he hablado con él nunca, pero hace años, muchos años (¡qué va a hacer muchos años!), que lo conozco de vista. Era joven y ahora ya no lo es. En fin, como casi todo el mundo. Tiene ese pelo canoso, o más bien harinoso, de zarzuela o culebrón venezolano, aunque tampoco hay que llegar a eso; las canas artificiales en casi todas las películas me parecen un elemento insoportablemente falso. Cuando sale alguien con canas, el mismo actor que antes no las tenía, apago la tele o me voy del cine. Quizá no lo haga pero mentalmente ya lo he hecho, ya estoy en otra parte. Son esos ancianos de plástico, siempre con asma, lentos, vacilantes, con voces venerables de abuelito. Un buen actor puede hacer de gay no siéndolo, de mujer incluso no siéndolo, de autista no siéndolo y de paralítico no siéndolo. Con el anciano de mentira no puedo seguir escuchando ni viendo. Son canas, por tanto, que dejan una estela de polvo como los cometas. Incluso las canas reales me parecen muy falsas en algunas personas. Tengo ganas de revolverles el pelo y ver cómo cae todo ese polvo blanco, talco o harina. Quizá sea la homogeneidad de las canas lo artificioso, repartidas perfectamente por todo el cabello, como producidas en serie.

En caso es que todo en él, en este individuo, es vejez ahora. Se ha saltado la vida. Ha pasado de la niñez a la ancianidad, aunque le falten algunos años. El tiempo, en él, funciona de otra forma.

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