21/4/11

Fútbol

Y pensar que los romanos se conformaban con unos leones devorando a no sé quiénes. Qué aburrimiento y qué idiotez.

1. La épica, etcétera. Hoy me encuentro con esa palabra en el periódico; Épica. En fútbol se habla de épica cuando no se puede hablar de otra cosa. Como esa novia del amigo que, a falta de otros atractivos, describen como simpática.

2. Me he levantado más o menos tarde. Lo tarde que se puede permitir uno a esta edad. Puede que hacerse mayor sea levantarse tarde cada vez más temprano. El día es precioso. Cielo azul, aunque con alguna nube olvidada, en jirones. Debe ser porque llueve bastante y se limpia el aire de imprecisiones, de borroncillos, pero en Santiago cuando sale el sol parece que por arte de magia se nos ha curado la miopía. Todo parece limpísimo. Ni hace falta lavarse las manos.

Después elijo mal la cafetería. Entro despistado. Un hombre bajito y calvo friega el suelo. Antes de que me dé la vuelta ya me da los buenos días. Tiene voz de ir a darme la primera comunión. Me planta el café delante. Sabe a quemado. Huele a lejía. Leo el artículo de David Gistau. Todo bien.

3. Qué balsámico sería escribir cosas como; La copa del rey (mejor Rey, más grave) ha sido atropellada por el autobús del Real Madrid. El fútbol ha sido atropellado por el autobús del Real Madrid. El Fútbol, también con mayúsculas. Yo siempre dudo mucho con las mayúsculas. Uno confía en las metáforas como otros confían en las estadísticas o en su párroco. Pero ya no me veo. Tampoco hay que ser muy ingenioso ni tener gran imaginación para llegar ahí. Ese conductor contará a sus nietos que un día atropelló la Copa del Rey. Y qué mejor que el pobre Sergio Ramos para tirarla. Qué sabio el destino. Ese hombre, esa frente rematadora, esa lumbrera con ojos de muñeco de trapo, que parece lidiar en el campo con una traición que dura siglos. Si hubiese ganado el Barça y la copa le cayera a Piqué la fiesta sería otra y los agraviados correrían escandalizados a escribir sus artículos patrióticos. La zorra metáfora siempre a nuestro servicio.

4. Vimos el partido de ayer en casa. Ella lo vive como si viese una película de terror. A su lado yo parezco un sillón malhumorado. Me paso medio partido diciendo que Sergio es Busquets y que Pedro es Pedro. Donde no hay confusión es con El Asesino. A falta de otra cosa nos dejamos indignar por El Asesino, así llamado una y otra vez por mí para conjurar con la hechicería del insulto repetido su sombra negra y pegajosa sobre Messi. Justo al acabar el partido ella sonríe con resignación y yo apago la televisión. Dice que prefiere el golf, que es más tranquilo. En fin, el fútbol. El fútbol es la infancia y yo me quedo con la infancia. Se diría que el fútbol nos permite perder sin que pase nada. Me lavo los dientes. Suena el teléfono. No pienso escucharlo, por supuesto. No voy a emborracharme esta noche. Alguien tira cohetes en alguna parte.

5. Una frase famosa de Ronaldo para consolarnos; “Perdimos porque no ganamos”. Y nunca tan cierto.

6. Camus escribió: “Los partidos del domingo en un estadio repleto de gente y el teatro, lugares que amé con una pasión sin igual, son los únicos sitios en el mundo en los que me siento inocente”.

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