20/7/09

Bichos


Pararse un momento en medio de la nada (con un río al fondo) y escuchar a todos los bichos del mundo al mismo tiempo. La impresión es la de estar delante de un terreno sembrado de despertadores y relojes digitales compitiendo por sonar más que los otros, cada uno con su chirrido diferente. Un helecho se menea a unos metros, demasiado. No hay viento. Un rato después el helecho está inmóvil. Zumbidos rozando la oreja cada pocos segundos. Algunos agujeros entre los hierbajos secos son tan anchos que parecen de ratones, más que los típicas viviendas de grillos. Sobre la superficie del río miles y miles de zapateros o tejedores, que son esos bichos que flotan y se impulsan con las patas para ir a ninguna parte. A pesar de lo mucho que se lanzan apenas se mueven del sitio. Van a contracorriente. Árboles por todas partes. Algunos tocando con las hojas el agua. Ni un alma. Un pez bastante grande asoma la cabeza, abre la boca y se hunde rápidamente, como si estuviera muy ocupado abajo. No dejo de mover los brazos espantando mosquitos, moscas, libélulas y sabe dios qué más. En cualquier momento veré a un gorila aparecer entre el ramaje.

3 comentarios:

BB dijo...

Un paisaje bucólico con fondo
orquestal de bichos, que afinan
intrumentos, todos en la mayor.
Me ha encantado.
Un abrazo
BB

Miguel Baquero dijo...

Lo que es tener arte. Yo, ante un paisaje como el que describes, sólo alcanzo a dar manotadas y a decir todo el rato "putos bichos", mientras escupo los mosquitos que seme quieren meter en la boca

Mabalot dijo...

Gracias, maestro, y Bb, encantado de que te pases por aquí.

Un abrazo.