"Annie Mae contempla el techo y está cansada y soñolienta como si hubiera pasado la noche bajo un peso apenas soportable: y mientras mira en la oscuridad, junto a su marido, el techo se hace visible y, mirándola a los ojos, el peso del día. No ha pasado un solo día desde que era una muchacha sin sentir esta fatiga extrema, como un peso en todo el cuerpo, y no pasará nunca ninguno; y es de aquella especie que, por una cuestión glandular, parecen cansarse en lugar de renovarse con el sueño, y para la que el acto de levantarse es un dolor casi insoportable. Pero cuando el techo se hace visible ya no hay otro remedio y se retuerce para levantarse y se pone un vestido por la cabeza, cruza descalza el porche hasta la palangana, saca dos cucharones de agua del cubo, llena sus manos ahuecadas y hunde la cara en ellas, con un súbito estremecimiento que la obliga a enderezarse; se seca con el saco de harina partido que cuelga de un clavo; y ahora es capaz de estar viva, de trabajar:
Su primer trabajo es hacer fuego y cocer galletas, huevos, carne y café:"
Elogiemos ahora a hombres famosos, James Agee y Walker Evans, editorial Blacklist.
4 comentarios:
Comprarlo es mucho arriesgar. La temática parece muy aburrida.
Es un libro especial. Pensaba colgar aquí un comentario, y lo haré mañana si puedo. Es, antes que nada, de una gran osadía, en lo literario, y bueno, también en el tema tratado. Se nos dice hasta quién lleva palomino y quien no en los calzoncillos, y para los que gustamos de los detalles tiene su gracia.
El detallismo convierte este reportaje en algo extrañísimo.
Sí parece curioso, sí.
A mí este fragmento me parece muy apetecible.
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