27/10/08

El testamento

Nunca había leído la famosa nota. Es esta, sacada de un texto de Max Brod:

"Entre los papeles dejados por Franz Kafka no se ha encontrado ningún testamento. En su escritorio, entre muchos otros papeles, se halló una nota, doblada y escrita con tinta, dirigida a mí. Esta nota tiene el siguiente contenido:

Queridísimo Max, he aquí mi último ruego:

"Todo lo que se encuentre al morir yo (en cajones de libros, en armarios, en el escritorio, ya sea en mi casa o en la oficina o en cualquier otro lugar en que se te ocurra que pudiera haber papeles), me refiero a diarios, manuscritos, cartas, ya sean ajenas o propias, esbozos y toda cosa de este género, debe ser quemado sin leerse; también todos los escritos o notas que tú u otros tengan en su poder deben seguir el mismo camino; en cuanto a los que otras personas posean tendrás que reclamárselos en mi nombre. Si no quieren devolverte cartas mías, por lo menos procura que te prometan que han de quemarlas. Tu

FRANZ KAFKA.

Búsquedas más minuciosas revelaron la existencia de una hoja de papel amarillenta, visiblemente vieja y escrita a lápiz. Su contenido es el siguiente:

 Querido Max:

"Quizá ya esta vez no me levante. Después de este mes de fiebre pulmonar es muy probable que sobrevenga una inflamación seria de los pulmones; por más que lo escriba, ello no podrá evitarla, aunque sin embargo pueda ejercer cierta influencia.

He aquí pues mi última voluntad respecto de todo lo que escribí para el caso de que se produzca lo que preveo: de todo cuanto he escrito pueden conservarse sólo las siguientes obras: La condena, El proceso, La metamorfosis, En la colonia penitenciaria, Un médico rural, y el relato Artista del hambre. Los pocos ejemplares de Contemplación pueden también conservarse; no quiero dar a nadie el trabajo de destruirlos, mas no han de imprimirse de nuevo. Al decir que pueden conservarse esos cinco libros y el relato no quiero significar que tenga el deseo de que vuelvan a imprimirse para ser trasmitidos a la posteridad; por el contrario, si se perdieran por completo, ello respondería a mi verdadero deseo. Sólo que no puedo impedir a nadie, puesto que ya existen, que los conserve si así le place.

Pero todo lo demás escrito por mí (publicado en revistas, contenido en manuscritos o en cartas) sin excepción alguna, en la medida en que puedas obtenerlo mediante ruegos a las personas que lo poseen (tú conoces a la mayor parte de ellas; en general se trata de.. . ; no te olvides sobre todo de aquellos dos cuadernos que tiene ... ), todo esto, sin excepción, y preferiría que sin leer (sin embargo no te impido que lo hojees, aunque en verdad preferiría que no lo hicieras; en todo caso nadie más tiene derecho a mirarlos), ha de ser destruido y te ruego que lo hagas cuanto antes.

FRANZ".

8 comentarios:

Portarosa dijo...

Ya lo sabía, pero ¡manda cojones!, ¿verdad?

¿Y por qué? ¿Por qué esa seguridad en que debían ser destruidos?

Lo que nos habríamos perdido... ¿Pero tenía derecho Brod a desobedecerle?

conde-duque dijo...

Tremendo. No sé qué opinar sobre los posibles temas de debate. Brod siempre me ha caído muy mal, pero supongo que le debemos mucho. Su inmoralidad ha sido nuestra salvación.

condonumbilical dijo...

Yo si estoy a punto de morir no creo que me preocupara tanto de lo que quedara de mí.

Llámalo vanidad.

Mabalot dijo...

Hay dos formas de plantearse este asunto que yo no veo dentro de la moral, por cierto. Sé que puede ser una forma de hablar (Brod como inmoral por no hacer caso a su amigo…), pero para mí un problema moral es algo que se da entre vivos. El robo, el aborto, etc... Pero en este caso, además, Brod no dio su palabra de que cumpliría esa acción, quemar los papeles de su amigo. Al contrario, según él; el tema ya había salido alguna vez y Brod había dejado claro que no estaba dispuesto a quemar nada suyo, y que en caso de que quisiera ver cumplido ese deseo debería asignarle a otro esa función. Eso según Brod, aunque tampoco sé mucho del tema.
Decía; dos formas de plantárselo; 1) Como amigo del fallecido, en el papel de Brod. ¿Qué haríamos? Uno de nuestros mejores amigos y además en el caso de una admiración literaria enorme. ¿Quemamos esos papeles? Respuesta; ni de coña. Yo no los quemaba. Al contrario; buscaría sacarlos a la luz. Hay un afán, quizá muy escondido y casi inconsciente, de dar a conocer o mostrar al prójimo lo que nos causado placer estético o “ese bien” (¿espiritual?) a nosotros. Escribir de otras obras es muchas veces eso; revelar al otro lo que nos ha hecho bien, lo que creemos puede beneficiar al mundo de alguna manera. En ese sentido quemar lo que tan firmemente cree uno que puede ser beneficioso para los demás va casi contra ese instinto, digamos, social, de pertenencia a la especie humana.
2) Desde el punto de vista de K: Voy a morirme y pienso que todo debe ser quemado, sinceramente (yo me lo creo; cuando lo escribe lo piensa, cree que no vale la pena que eso le sobreviva). Y claro que puede importarle, es lógico que sea eso en lo que piense; K era un tipo que vivió para la literatura, a pesar de que apenas quiso publicar. Cómo al acercarse la muerte no va a pensar en lo que lleva toda la vida haciendo, como un enfermo. Y además, qué te va a preocupar al morir si ya no tiene remedio; si no tienes hijos de los que despedirte; te preocupa el gallo de Esculapio, por supuesto, o el saber que esos papeles se quemen, o que despidan a la criada, que sisa del cajón.
Lo hecho es lo mejor que se pudo hacer. Si Brod hubiera sido un merluzo que no distinguía la literatura de K de cualquier otra menor que circulaba entre ellos, entonces quizá no llegásemos a leerlo nunca, porque no insistiría en recopilar, mantener, y publicar esas obras. De mejor o peor forma, o con mejor o peor criterio, eso es otro asunto, pero mucho le debemos al feo de Brod.

Y hay mucho que leer aún de Kafka. O dicho de otra forma; hay muchas otras lecturas en Kafka.

conde-duque dijo...

La "inmoralidad" de Brod estaría, más que en la decisión, en todo el lucro posterior, en ese adueñarse del legado. Si fuese sólo un afán filantrópico por mostrar al mundo la obra de Kafka sería distinto.
No sabía que ya le hubiera dicho en vida que no los quemaría, aunque diciéndolo él (y sin testigos posibles) no me lo creería mucho, a verdad. Tampoco estoy muy puesto en el tema, pero me da muy mala espina este Brod, no sé por qué.
En cuanto a lo que la moralidad sea sólo un asunto entre vivos, ahí sí que estoy totalmente en contra. O sea que si uno la palma se le pueden hacer todo tipo de perrerías... Pues no me parece.
La ética no es mero balance de fuerzas ni de daños con efectos reales. También está eso que se llama conciencia, la palabra dada, etc.
Legalmente lo de la última voluntad está basante reglado, ¿no? Por algo será. Conflicto de intereses entre los vivos, pero también cierto "derecho" del muerto.
Aquí los intereses se los agenció Brod y después los disfrutamos todos. Negocio redondo.

Mabalot dijo...

Pero ese lucro no es del todo ilegítimo, ya que fue él quien descubrió a K., digamos. No encontramos sus textos por arte dE MAGIA. Tampoco a mí me cae simpática la figura de Brod, por todo eso y hasta por los errores y las chapuzas en la publicación de algunos textos, etc... Pero bueno; tuvo la suerte de haberlo conocido y el mínimo talento para reconocer lo extraordinario.
Y ya sabes, amigo, nadie tiene sólo un afán filantrópico; Ni Bill Gates, ni las monjitas que se van a Äfrica a alimentar a los negritos. Siempre, de fondo, hay una motivación, digamos, egoísta. Pero lo queda es la acción, el hecho. Y el egoísdmo encuenbierto d elas monjitas misioneras es más positivo (supongo¿?) que el egoísmo directo de cualquier mequetrefe.

Y ya sé que suena fatal lo de que la moralidad sólo es un asunto entre vivos, pero si lo pensamos es cierto. Es inmoral (sin entrar en los recovecos filosóficos) algo que afecta a un humano vivo, porque, al muerto lo que se haga con él o su nombre se la pela. ¿Cómo puede ser inmoral algo que afecta a alguien que no existe? Quiero decir que estaremos haciendo un daño moral a alguien vivo, sólo. Por ejemplo, a los hijos de un fallecido cuando decimos o hacemos algo que manche su honor. No es ponerse exquisito; explico la frase de ayer. Además es incontrolable; qué preocupación, morirte para que te pongan a parir. Mejor, quedarse en este mundo, vigilando, por si acaso.
Y además, si es inmoral lo que hizo Brod, todos participamos en esa supuesta inmoralidad. Editores a miles del mundo, y lectores. ¿Es acaso moral publicar y leer el diario (no escrito para publicar, sin lugar a dudas) de K? ¿Leía K revistas porno, como se acaba de publicar no sé dónde y hurgar hasta esos límites en su vida es moral?

Kafka ya es un ente de ficción; un personaje escritor. El escritor.

Es el escritor. ¿Existió alguna vez? Al parecer sí; lo dicen los biógrafos. Hay algunas fotos, no muchas. Sabemos en qué casa vivió, con quién se carteó, qué le preocupaba, qué pensaba de su padre, de su madre, de sus hermanas, del mundo.

Un abrazo.

conde-duque dijo...

Pues en esto veo que habamos lenguajes dstintos. Yo lo tengo bastante claro:
-La moralidad incumbe a los actos de los vivos (y a su intención o voluntad). Que el perjudicado por ese acto esté muerto no tiene NADA que ver. Esto me parece algo evidente, como que el único que no puede ser inmoral es el muerto.
-O sea, según tú: vía libre a los ladrones de tumbas. Va a haber que hacer como en tiempos de Solana: rajarle las ropas al muerto para que no se las quiten.
No es lo mismo, pero ya sabes que en literatura se estila mucho lo de las viudas jóvenes o las musas múltiples.
-A todos los efectos, no es lo mismo leerlo que publicarlo. Manipular los originales, cambiar títulos, meter textos inventados, quitar otros... todo eso tiene su caga de responsabilidad. Por no hablar de los beneficios económicos, etc.
Un abrazo.

conde-duque dijo...

donde dije "caga" no diré "carga" sino "cagada"...