15/10/08

Citas al azar


Insistía tanto en que no me preocupara de nada (¡No te preocupes de nada! No me preocupo… ¡No te preocupes!) que pensé que realmente estaba bromeando. Cuando nos despedíamos le pregunté (también bromeando, aunque no lo pilló) si podía preocuparme aunque sólo fuera un poco, casi nada, por pensar en algo, pero volvió a la carga; ¡No te preocupes de nada!… No me preocupo… ¡Qué no te preocupes!... No me preocupo, nada de nadaY así todo el tiempo. Por supuesto acabé muy preocupado.


******

Una frase recién encontrada sobre el eterno tema realidad-ficción del que se discutió unos post atrás: "Toda autobiografía es ficcional y toda ficción es autobiográfica."
Es de Barthes y la encuentro en un libro de artículos de Vila-Matas que hojeaba ayer. Vila-Matas es, cuando menos, un recopilador de citas magnífico. Yo esto lo reconozco, lo de las citas, porque durante años copié en unas libretas, con paciencia de amanuense (más bien de desocupado), los fragmentos de lecturas y lo que pillaba por banda y me gustaba. Ahora me parece increíble; el tiempo que perdí copiando a veces párrafos enormes. La razón, muy de pobre; cogía los libros en la biblioteca y así salvaba los fragmentos que más me interesaban para volver a ellos cuando quisiera. Tengo un montón de libretas viejas, descoloridas, sólo con citas (o casi), pero sin ningún orden, a no ser el cronológico en el que fueron transcritas. Por lo tanto no valen para nada, pues casi nunca se encuentra la cita que buscamos, a no ser que nos acordemos del orden en que se leyeron los libros. A veces me acuerdo; Joyce, Valle, Butor, Céline, Ramón, Salinger, Torga, Capote… A saber qué me llevó de uno a otro; a primera vista el puro azar.

7 comentarios:

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Vila-Matas dixit:

Pienso con Fernando Savater que las personas que no comprenden el encanto de las citas suelen ser las mismas que no entienden lo justo, equitativo y necesario de la originalidad. Porque donde se puede y se debe ser verdaderamente original es al citar. Por eso algunos de los escritores más auténticamente originales del siglo pasado, como Walter Benjamin o Norman O. Brown, se propusieron (y el segundo llevó en Love´s Body su proyecto a cabo) libros que no estuvieran compuestos más que de citas, es decir, que fuesen realmente originales...

Y también creo con Savater que los maniáticos anticitas están abocados a los destinos menos deseables para un escritor: el casticismo y la ocurrencia, es decir, las dos peores variantes del tópico: “Citar es respirar literatura para no ahogarse entre los tópicos castizos y ocurrentes que se le vienen a uno a la pluma cuando nos empeñamos en esa vulgaridad suprema de no deberle nada a nadie. En el fondo, quien no cita no hace más que repetir pero sin saberlo ni elegirlo...”.

Un abrazo.

conde-duque dijo...

Sí, vale, citar está muy bien, a mí me gusta, pero componer toda una obra a base de plagios y pseudohomenajes, remarcando por un lado muchísimo las influencias (mediante constantes citas, paráfrasis, intertextualidad y demás coñas marineras) para que no se vean los robos que hay por otro (estos se intentan ocultar hábilmente, con guantes para no dejar pistas)... eso ya no me parece tan plausible.
La comparación con Benjamin o Montaigne o Borges (entre otros geniales citadores compulsivos) es tan improcedente e ilusoria en este caso que casi produce urticaria.
He dicho (Conde dixit, cfr. Pixie, "Enciclopedia de la aristocracia ficticia", ed. cit., p. 345 bis).

conde-duque dijo...

Y ahora, después de la cita-desahogo, razono un poco más: una cosa es citar en un artículo o libro de ensayos para remarcar ideas, apoyarlas, ilustrarlas, etc, utilizándolas con rigor y coherencia (eso se disfruta, es muy didáctico, interesante...), y otra muy distinta que ese mecanismo sea el pila fundamental de una obra de ficción (relatos o novelas). Y ya sabéis que no soy un policía de los géneros. Me gusta la mezcla y la variedad, pero hay cosas y cosas.
Quizás Vila-Matas se debería limitar a escribir artículos o ensayos sobre literatura. A este paso su influencia puede resultar desastrosa. Imaginaos: millones de aspirantes a escritores escribiendo sobre escritores o libros o la escritura o sobre escritores que escriben sobre escritores que a su vez etc etc.
El apocalipsis, o sea, el supremo coñazo.
PD: Savater escribe muy bien y da gusto leer sus ensayos (unos más que otros), pero sus incursiones en la ficción son bastante patéticas. Por cierto, ayer leí que le pueden dar el Planeta.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Querido Conde, en primer lugar le rogaría que me hiciera llegar seurmente esa aludida Enciclopedia Azul (no puede uno vivir en la ignorancia indefinidamente). En segundo lugar, no todo lo que uno cita lo suscribe; en ocasiones, como ésta, sirve -me parece- para provocar debates, o para provocar a secas. En tercer lugar, y ya metiéndose en harina, me citaré a mi mismo -onanismo exhibicionista donde los haya: la paja en el ojo ajeno-: "Era un lector voraz pero desmemoriado. Así que cuando necesitaba una cita con la que introducir algún escrito propio -siempre han resultado elegantes tales detalles de precisa erudición-, se la inventaba. Esa inocente impostura decía mucho de su modo de leer -¿de vivir quizás?-: aprovechamiento por precipitación de la sustancia y desinterés hacia todo lo demás". O lo que es lo mismo: las citas visten, las casas de citas te dejan en bolas.
Un abrazo.

Mabalot dijo...

No creo que aquí se discuta si cita o no cita. En el caso de Montaigne, digámoslo claro, las citas, por lo general, son lo coñazo. Sobre todo en latín y griego que hay que irse a las notas etc... A veces está bien y se descubren cosas, pero en general preferimos leer todo seguido a Montaigne, que es lo bueno.
En el caso de Borges las citas están muy bien traídas y son una maravilla. Equilibrados sus ensayos, genial.

En el caso de Vila-Matas a veces sin citas se quedaría el artículo en nada. El estilo Vila_matas es ese; literatura de literatura y ristras de citas. De sus libros es lo que más gracia me hace, o lo único. Eso no dice mucho de lo suyo. La mejor que recuerdo que encontré en uno de sus libros era de un suicida anónimo que dejó una nota en la que decía; "Tanto abrochar y desabrochar".

Ahora, proponer un sistema como el adecuado (con o sin citas), es estéril y sin sentido.

conde-duque dijo...

Vale, cierto, ese no era el tema.
Ay, en este afán nietzscheano de derribar ídolos se cometen tropelías contra los filisteos de la cultura. Seguro que Vila-Matas es una bellísima-por-dentro persona.
Lo del suicida está muy bien.

Mabalot dijo...

"La comparación con Benjamin o Montaigne o Borges (entre otros geniales citadores compulsivos) es tan improcedente e ilusoria en este caso que casi produce urticaria."

Pues sí, primero. Se me olvidaba resaltarlo.

V-M no es el anticristo ni sé si es una bellísima persona por dentro (ni me importa); como escritor yo creo que aporta poco, y ni como ensayista veo nada muy interesante. Tampoco ha inventado nada.

Hace un mes y medio le eché un vistazo (leída rápida) al Dietario voluble" y la verdad me pareció bastante pobre. El tipo que narra tampoco me cae simpático. Para no decir nada bueno de un libro casi prefiero no escribir de él.

Releía estos días algunos ensayos de Borges y encontré un párrafo que resume a la perfección lo que siempre pienso de esto de no gustar de unos autores y de otros sí. LO más lógico, vamos.
LO cuelgo fuera.