25/9/08

La pregunta fatal

Viendo la tele. Mi hija tumbada en el sofá; la cabeza apoyada en mis piernas. Con tres años y pico ya hace preguntas jodidas. Es esa edad. Sale Bush (qué cara de mono bizco tiene el tío) y dice: "Más negocios cerrarán sus puertas y millones de americanos perderán sus trabajos."

Digo diossss… como si oyera que anuncian el apocalipsis en el telediario. Y ella, mi hija, me mira sonriente y pregunta lo peor que me puede preguntar: ¿Qué es Dios? Pruebo a hacerme el sordo pero sólo consigo que se interese más, como si hubiese dado con un misterio. Si supiera qué berenjenal, qué misterio, qué batallas provocó responder a esa pregunta. Si fuese creyente bajaría un rayo de alguna parte del cielo que me alumbraría la cabeza y se lo explicaría todo. Qué fácil sería. Dios es bueno y nos ve siempre y nos apunta los pecados en una libretita. Pero no es uno muy creyente o no es uno de los que tienen muy claro en qué creer y esa pregunta me parece más difícil de contestar que si me preguntara de dónde vienen los niños o porque tengo pilila y mamá no. Así que, ante la insistencia (¿qué es dios?, ¿qué es dios?, sonríe como si supiera que me pone en un aprieto), resuelvo haciendo trampa y escurriendo el bulto: "Un señor… que es como Papá Noel".

Podría haberme preguntado cuando viene, si en navidad también, u otro día, y si también es barbudo y bonachón y viene cargado de regalos. Pero no lo hizo. Se río y volvió a la tele.

9 comentarios:

conde-duque dijo...

Jaja, estos niños son la leche... La inocencia debe de consistir en eso: en no dejar de poner en aprietos a los demás.

Ángel Ruiz dijo...

No sé si has conocido a creyentes tan seguros en sus convicciones o son un ente de ficción. Si no me mandas a la mierda por la recomendación, puedes leer esto de Ratzinger (en inglés).

Portarosa dijo...

Por si te sirve mi experiencia como consejo, te diré que yo, a mi hija de 5, ante esa pregunta y otras sobre religión (o temas parecidos; una vez, con la edad de la tuya, me preguntó qué era el alma), le digo que hay gente que cree en Dios, y entonces le digo qué es para ellos, y otra no, y que para ellos no es nada, obviamente.

Un abrazo.

Bárbara dijo...

Jajaja. Los hijos nos obligan a distinguir lo absurdo de lo que no lo es y explicarles algo es la mejor manera de pensar. No es mala definición la de famélico Papá Noël que a veces deja unos regalitos...

M. dijo...

Jajaja, qué grande la escenita. Menudo sobresalto. Eso es para que aprendas. Cuando salga Bush en la tele, diga lo que diga, tú gritas: "Joputa!", y luego le dices a la niña que es así como se dice "Bush" en japonés.

Qué es Dios?, carajo con la pregunta. Pudiste haber acercado a Hawkins hasta el salón, que lo tienes a dos calle de tu casa, y aunque tampoco pudiera responderlo algo le diría del Big Bang.

O, ya puestos, al "Qué es Dios?" de tu hija le contestas: "Y tú me lo preguntas". Y le haces rápido un bocata de nocilla, para que flipe.

Abrazos.

Miguel Baquero dijo...

A mí me parece una respuesta cojonuda. Sobre todo porque es reversible, quiero decir, que cuando este invierno tu hija te pregunte por Papá Noel, que te preguntará, le puedes decir que es un señor como Dios, y asunto solucionado. En ese círculo vicioso los adultos podemos vivir durante muchos años, ya lo creo que sí.

De todas formas, no te quejes. Mi hija un día se quedó mirando un crucifijo y luego me preguntó: papá, ¿Jesús comía petisuis?

Dios sabe cómo funcionan las conexiones neuronales a esa edad.

Mabalot dijo...

Buenas.
Hay que admitir que eso de que los enanos son genios y que después se convierten en personas mediocres, normales, debe ser muy cierto. Pero en este caso la pregunta no tenía para ella, por supuesto, ningún viso de ser algo trascendental. Ella, claro, preguntaba por una palabra que quizá no había oído mucho. Como pregunta por cualquier otra.
Pero el querer no decir chorradas le lleva a uno a esos aprietos. El sistema Porto me parece muy sensato, quizá la solución a venideros aprietos.
Don Ángel, sí, claro, he conocido a creyentes muy seguros de su fe. Me asombra, porque yo estoy lleno de dudas siempre, en muchas cosas. Es una tortura. Tener algo q lo que agarrarse más allá de la razón y el efecto lavadora cerebral no me parece mal programa. Pero por alguna razón (la educación, supongo) la fe católica hace mucho que la perdí. Hasta casi no recuerdo haber creído alguna vez en Dios.
Hola Bárbara, qué jodido distinguir y explicar y ver como van construyendo su idea del mundo.

Jajaja, Manuel, el Hawkings, qué tío, el aguafiestas ese... le diría a mi hija que se busque una plaza en alguna nave para colonizar otro planeta. Eso sí que es emigración, y no lo de ahora. Comparar eso con irse a Canarias...

Qué hay, Miguel, cojonuda la preguntita de la tuya; ¿Petisuis?
Conocía un niño que confundía los pitbull con los petitsuis (las palabras, quiero decir): ¿Quieres un pitbull? Mira ese petisuí, qué mala leche tiene... jajaja...

MOI boas.

Anónimo dijo...

Muy buena la respuesta, Mabalot. Cuando yo era niño buena parte de los padres hubieran dicho: "Anda, ve y pregúntaselo a mamá". Era una manera elusiva de subrayar la importancia de algunas cuestiones.
Saludos.

Portarosa dijo...

Creo que mi forma de responder es muy útil y respetuosa; no pretendo influir en ella (en este tema; por supuesto que en mucho otros sí).
Sólo si, después de contestarle (ayer me preguntó si Dios lo veía todo y yo le dije lo mismo: "para los que creen en él, sí; para los otros no, claro, porque no existe"), me pregunta qué creo yo, le doy mi opinión.

Un abrazo.