7/3/08

Lenguas y frenillos

CUANDO era pequeño pensaba que los viejos de todo el mundo hablaban en gallego y los jóvenes en castellano. Poco a poco uno se iba haciendo viejo y empezaba a hablar en gallego. Los de media edad eran bilingües.

En 1º de EGB solo teníamos una asignatura en gallego; lengua gallega. En COU solo teníamos una asignatura en castellano; lengua castellana.

Un día descubrimos que hacernos pajas era muy sano. Nos sonaba de algo que antes se veía muy mal eso de meneársela. Aparecieron unas chicas en el colegio y explicaron a toda la clase cómo tenía que masturbarse uno. Pajearse era bueno. Todos nos reímos de Filgueira, que lo veíamos un tanto ambiguo e indeciso. En cambio, Andrade, nunca bajaba de seis diarias. Era fácil creerle, siempre iba muy cansado.

Después, en el instituto, nos centramos en la lengua. O mejor dicho, en las lenguas. Había dos. Una era gaseosa y musical, suave como la brisa de verano peinando la hierba. La otra era seca y tajante, áspera como el lomo de un cerdo. En una la boca sonreía sin querer; en la otra lo normal era bombardear al oyente con escupitajos involuntarios. Una era verso, la otra prosa.

Debíamos elegir qué tipo de lengua queríamos ser. No se hablaba de otra cosa. Ese era el tema. El único tema.

Un día descubrimos que nadie era inocente por hablar una u otra. Ya lo sabíamos, pero lo confirmó un famoso escritor y conferenciante local que no se andaba con dudas: Elegir hablar una lengua era tomar partido a cada momento por ella. Y lo contrario; condenar a la otra. Había que elegir.

Habíamos olvidado a dios, habíamos aprendido a hacernos pajas a todas horas, pero no nos atrevíamos a hablar sin remordimientos.

El maldito sexo de los ángeles. Blablablá.

14 comentarios:

conde-duque dijo...

Jajaja. Muy bueno.
Yo lo veo -¡YA!- como inicio de una novela. Totalmente...
Sigue y sigue, enlaza historias nuevas y conocidas (la matanza del cerdo, etc, etc) y ya casi la tienes. En serio.
(Cuando tenga tiempo te envío un borrador).
Hay que echarle huevos y ponerse YA.

Mabalot dijo...

Qué entusiasmo. Yo no lo veía novela para nada, pero si salen más cosas todo puede ser. Hay que aprovechar todo; lo que no mata engorda.

Bueno, gracias. El lector ideal, macho.

M. dijo...

Buenísimo el texto, Mabalot.

conde-duque dijo...

La primera frase de la novela tiene que ser:
"Habíamos olvidado a dios, habíamos aprendido a hacernos pajas a todas horas, pero no nos atrevíamos a hablar sin remordimientos".

Anónimo dijo...

Ese texto promete. ¿Por qué no insistir en la tarea de adiestramiento de las chicas que enseñan a masturbarse? La adolescencia, la lengua y las pajas, al cabo, son comunes y universales (supongo), pero el complemento docente en esa materia resulta verdaderamente singular. Para reseñarlo.
Un abrazo.

Mabalot dijo...

Buenas, estoy derrotado. Por ahora gana la gripe.
Usted, don Juan, quiere que me meta en berenjenales onanistas. Ningún problema, tengo mucha práctica. Pero la verdad uno no veía nada especial en este texto. Lo que si parece claro es que cuanto más rápido se escriba mejor sale.
Y Conde; ¿no crees que es demasiado sentenciosa como principio esa frase?
No sé.
Gracias a los tres.

Estoy escarallado (tomar galicismo). Vengo de una boda, de un examen de japonés y todo ello aderezado con un gripazo.

Un saludo.

conde-duque dijo...

Hombre, sí, sentenciosa es, pero quizás así engancha la atención... y a continuación ya se explica tranquilamente, y se relativiza.
Que te mejores.

Portarosa dijo...

Me ha gustado mucho, a mí también.

Que te mejores.

La de la ventana dijo...

Es genial, deberías tirar del hilo, estoy de acuerdo con Conde-Duque...

Mabalot dijo...

Hola, Porto y Teresa. Gracias.
Quizá tenéis razón, Conde. Siempre leen los demás mejor que uno lo que de uno. Pero me parecía más una "reflexión" sobre el tema del bilingüismo social que un relato. Es algo abstracto, ¿no?

No me cuesta nada ponerme e intentar sacar un relato, tirar del hilo. Otra cosa es que salga algo de mérito.

Un saludo.

conde-duque dijo...

Tú tira del hilo, tira el carro por el pedregal, tira de lo que quieras pero tira, a ver qué tal... Así es como salen las mejores cosas. Sin querer queriendo.

pcbcarp dijo...

Yo una vez hice un cursillo que nos confería 0,2 puntos intitulado "educación afectivo-sexual para adolescentes". Al parecer, su objetivo fundamental era que la cosa del sexo no tuviera la menor gracia para los chicos. Afortunadamente, la tal E. A-S., se impartía a gente que ya se las sabía todas, por lo que se cachondeaban bastante de las monitoras.

Para ligarlo con la cosa idiomática, yo frecuentaba bastante en Madrid un bar llamado: "O palleiro". Vulgo, El Guarro.

Mabalot dijo...

Parece que me hablas de La naranja mecánica o algo así, Pcbcarp.

Al lado de mi colegio en el centro de Pontevedra había un bar con futbolín que se llamaba, o le llamaban, A porcona. Una finura de sitio, y muchos futbolines que jugamos allí. En el suelo todavía estaba seco el semén de algún contemporáneo de San Pablo.

Unknown dijo...

Yo hablo catalán en la intimidad y cuando me masturbo gritó también en catlán. ( ¿alguien más grita cuando se masturba?. El lenguaje del asno lo uso cuando voy al zoo, aunque no comprendo por qué los hipopotamos nunca me hacen caso.