"En otro ensayo sobre el tema Gravedad y ventilación, Babson exalta la sana costumbre de dejar abiertas todas la ventanas, siempre, en verano y en invierno, bajo cualquier clima. El autor confiesa que descubrió las ventajas de la ventilación a una tempranísima edad: en aquella época estaba gravemente enfermo de tuberculosis, pero gracias al método de su invención (no cerrar nunca puertas y ventanas) consiguió sanar en pocos meses de la tisis. Ahora, en la edad madura, por mucho que nevara y aullase el viento en el exterior, Babson seguía trabajando en su estudio abierto a las tempestades, envuelto en su abrigo calentado por baterías; algunos días hacía tanto frío en la habitación que la secretaria, que también estaba totalmente envuelta en mantas, se veía obligada a servirse de dos martillitos de goma para escribir a máquina lo que le dictaba el Fundador". [Se refiere a Babson, de la Fundación para la búsqueda de la gravedad]
Rodolfo Wilcock, La sinagoga de los iconoclastas, Anagrama, enero 1999.
Rodolfo Wilcock, La sinagoga de los iconoclastas, Anagrama, enero 1999.
Tema este, el de la ventilación, que divide a la humanidad en dos; los que abren ventanas y los que las cierran. Uno es de los que abren ventanas, sin llegar a los extremos del Fundador. Siempre siento que me asfixio. Del otro lado están los que creen que entran moscas y frío, cosa no del todo irreal. El justo equilibrio, el equilibrio universal, será que se emparejen personas de distintas tendencias.
5 comentarios:
¿Moscas y frío? ¡Ruido! El ruido de la vida, de las estaciones: de mundo que gira ahí abajo, como una peonza enloquecida. Sí, ventanas abiertas, definitivamente.
Pero, ¿y el placer de cerrarlas cuando llueve a mares? Impagable.
Abiertas, siempre abiertas...
Conde.
Yo las entorno...
La humanidad se divide en dos tantas veces que hay, por decir un número, diez veces mas de particiones que de humanidad. Las partes contrapuestas se unen y en lugar del termino medio de lo consensuado se maltratan para imponerse, sus vástagos tampoco median a sus progenitores y salen de los dos colores per más radicales.
A veces ocurre todo lo contrario.
A ustedes los veo a todos muy bien oxigenados, da igual si abren o entornan. Las clasificaciones no valen para nada, son mentira, claro, pero son deliciosas. Tipos de escritores, por ejemplo. Como ficción sería muy divertida; como verdad sería muy falsa. Clasificar humanos, salchichas, sellos, zapatos, es lo mismo. Es una ficción, aunque hay gente para todo, y los habrá que se lo toman en serio.
Ibarretxe, por ejemplo, se nota que vivió mucho tiempo con las ventanas cerradas, sin ninguna ventilación y eso pasa factura. Divide a la humanidad en nacionalistas vascos y nacionalistas españoles. Para él no hay otro mundo.
Lector a la sombra, bienvenido, ya conocía tu blog, y está muy bien.
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