En una reseña de Amado siglo XX (lo último de Umbral), de Tomás Cuadrado, para la revista Clarín, se citan algunas perlas de ese prosista incomparable, de ese mago de la palabra, ese Houdini del verbo, que convierte los sustantivos en adjetivos y los adjetivos en sustantivos, o en verbos, o en lo que haga falta (aunque falta nunca hace), como el ilusionista convierte los conejos en atractivas señoritas con bikini de lentejuelas, o viceversa.
Pués que hable Umbral, sobre sí mismo:
"Puedo resumir mi trayectoria según la fórmula que me dio un compañero de pensión en cierto momento: Tú escribes bien, Umbral, pero como no dices nada solo escribes bonito."
Y más adelante, hablando de Dioniso Ridruejo, cita Tomás Cuadrado otras palabras de Umbral que definen perfectamente el pensamiento de "el mejor prosista español del siglo":
"Escribía mucho, pero siempre para decir algo, que es la peor manera de escribir. Se escribe mucho mejor cuando no hay nada que decir."
Si ponen al Deep Blue ese, el ajedrecista mecánico tonto del nabo, a leer, yo creo que se hace una idea mas cabal de esto de la literatura.
9 comentarios:
Jejeje
Acabo de llegar de la playa y me topo con el estoque fresco (que digo fresco: helado)
“Amado Mabalot” será el próximo libro del ‘negro’ de Umbral.
O qué!
Bicos.
Coño, qué bien vives....de la playa. Haces bien.
Al negro de Umbral se le va la olla más que al verdadero Umbral.
Tendríamos que montar un blog paralelo, abierto a todo quisque: "Los negros de Umbral", en el que se podría escribir de cualquier cosa, pero con la única condición de que habría que "escribir a lo Umbral", como sus negros y el propio Umbral acostumbran a hacerlo.
Un abrazo.
Muy bueno; coincido con tu aprecio por el maestro Umbral.
Por cierto: me voy a Estocolmo. Auxíliame. Si Japón es el "país gominola" ¿cómo puedo definir Suecia?
Pues entonces volvemos a la prosa sonajero, que dijo de él Marsé cuando lo del Cervantes.
Aunque hay que ser capaz de hacer sonajeros que suenen bien, y no todo el mundo lo es, parece que no se trata sólo de eso.
Abrazos.
No, si el sonajero de Umbral suena muy bien, o sonaba, pero yo, aunque joven, ya no soy un bebé.
Me sigue gustando la teta, eso sí.
Nada, que a mí se me cruzó el Umbral porque yo lo leí cuando era un tío en construcción (16 tacos o por ahí) y quería escribir así, con ese sonajero.
Después, ves en lo que se ha convertido, un negro de sí mismo, harto de sí mismo, con el sonajero que ya suena por compasión, y en mi opinión gripado (¡un sonajero gripado!) y te cabrea. Sobre todo ver que lo leído eran fuegos de artificios, en su mayoría, quitando algunos libros de ensayos.
Además es un rancio. Se maneja con tópicos.
Hay que matar al padre, o al tío, que este es un tío lejano para mí, que también hay que matar, para quedar tranquilo y darle la razón a Freud.
Un abrazo.
fuegos artificiales, quería decir...
hay una película japonesa muy buena que se titula así; Hana-Bi. Fuegos artificiales, de Takeshi Kitano.
Rythmduel, no te había visto.
Un saludo, feliz viaje. Suecia; vaya, solo conozco Suecia por Bergman, creo, lo que no es mucho conocer.
Bájate del avión, y según vayas viendo lo bautizas.
Mabalot, tu comentario de contestación al mío me parece buenísimo.
Que lo sepas...
Pues gracias. A veces temo que lo que escribo a toda prisa y en temas así de discusión literaria quede un poco demasiado vehemente.
Ofender a Umbral me daría igual, no seré yo quien le cause un trauma a estas alturas, y ya estará curado de todo lo que le puedan decir (piel de cocodrilo en el rostro), pero que lo que diga pueda molestar a la gente que respeto y me lee, eso sí que no me gustaría, y menos por algo tan importante como "la prosa sonajero".
Un abrazo.
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