–Ésa es –dijo don Quijote–, y es la que merece ser señora de todo el universo.
–Bien la conozco –dijo Sancho–, y sé decir que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante, o por andar, que la tuviere por señora! ¡Oh hideputa, qué rejo que tiene, y qué voz! Sé decir que se puso un día encima del campanario del aldea a llamar unos zagales suyos que andaban en un barbecho de su padre, y, aunque estaban de allí más de media legua, así la oyeron como si estuvieran al pie de la torre. Y lo mejor que tiene es que no es nada melindrosa, porque tiene mucho de cortesana: con todos se burla y de todo hace mueca y donaire. Ahora digo, señor Caballero de la Triste Figura, que no solamente puede y debe vuestra merced hacer locuras por ella, sino que, con justo título, puede desesperarse y ahorcarse; que nadie habrá que lo sepa que no diga que hizo demasiado de bien, puesto que le lleve el diablo. Y querría ya verme en camino, sólo por vella; que ha muchos días que no la veo, y debe de estar ya trocada, porque gasta mucho la faz de las mujeres andar siempre al campo, al sol y al aire. Y confieso a vuestra merced una verdad, señor don Quijote: que hasta aquí he estado en una grande ignorancia; que pensaba bien y fielmente que la señora Dulcinea debía de ser alguna princesa de quien vuestra merced estaba enamorado, o alguna persona tal, que mereciese los ricos presentes que vuestra merced le ha enviado: así el del vizcaíno como el de los galeotes, y otros muchos que deben ser, según deben de ser muchas las vitorias que vuestra merced ha ganado y ganó en el tiempo que yo aún no era su escudero. Pero, bien considerado, ¿qué se le ha de dar a la señora Aldonza Lorenzo, digo, a la señora Dulcinea del Toboso, de que se le vayan a hincar de rodillas delante della los vencidos que vuestra merced le envía y ha de enviar? Porque podría ser que, al tiempo que ellos llegasen, estuviese ella rastrillando lino, o trillando en las eras, y ellos se corriesen de verla, y ella se riese y enfadase del presente".
8 comentarios:
¡Dios...!
...incluso '¡rediós! No sé que hipótesis es más peligrosa: si la del origen de Cervantes o la de la posibilidad de que hubiera pensado para concebir su personaje en una moza tan donosa como la italiana. Un abrazo.
Bueno, ¿quién no escuchó eso de que Cervantes, el pueblo de Ourense, es la cuna del ilustre don Miguel?
Un disparate, claro, pero son casi tan disparatadas otro tipo de teorías que la verdad no sé qué sentido tienen; judío converso, homosexual...
Dicen más de la sociedad que le pega tales etiquetas que del analizado...
Un saludo.
Joder, qué par de aldonzas lorenzos...
¿Cervantes? ¿Teorías?
¿De qué habla usted? ¿Pero había texto en este post?
Un saludo.
Mabalot, qué barbaridad. Qué barbaridad.
Ainda ben
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