20/3/07

Biblioteca ; un remedio natural contra el ardor de pecho

Ayer fui a la biblioteca a dejar unos libros, y cogí otros, por puro vicio. Lo bueno de coger libros en la biblioteca es que es gratis, por ahora, y así uno puede hojear con tranquilidad novedades ignotas que si no pasan la prueba del algodón podemos desechar sin remordimientos.

El odio a muerte a un autor puede estar justificado, y es por supuesto es hasta razonable, cuando después de haber pagado 20 o más euros por un tomo caemos en la cuenta de que el libro es una mierda. Una mierdísima, como lo de generalísimo. Sentimos un cosquilleo candente en esa zona de los muslos en contacto con los bolsillos, que sube hasta las costillas y se instala en el corazón en forma de ardor tocapelotas y usurero.

Además la casa, ya pequeña de por sí, se nos llena de libros que se caen por todas partes, que ocupan un espacio que bien podía estar vacío (para hacer gimnasia, por ejemplo, abdominales como un campeón, así hemos de recurrir a inventos como el Tua Silver, el electroestimulador de doble función), y hasta dentro de los cajones tenemos libros ocupando el lugar de los secretos, de las cartas de nuestra amante (que no podemos tener por falta de espacio), de las obras que hemos escrito que no valen un cojón y que reservamos para el futuro, cuando todos sean más tontos y reconozcan lo que de verdad valen...

En fin, que la biblioteca es una bicoca. Parece incluso un invento de otro mundo. Solo faltaba que al lado de los ordenadores del catálogo hubiese surtidores de cerveza y diesen un bocadillo de tortilla con cada libro.

(Tres libros me traje a la cueva: El factor Borges, de Alan Pauls; La inspiración y el estilo, del famoso ingeniero de minas que se enrrollaba cual persiana, y de cuyo nombre no me quiero acordar, y este lo cogí por seguir las recomendaciones de mi contrincante literario, el Sr. Busoni; y el tercero es Crítica y ficción, de Ricardo Piglia, que yo creo que se lee como el periódico, esto sí, esto no, mientras uno toma café y ahoga el croasán un poco antes de descabezarlo. No creo que el humor me deje ir mucho más allá de algunos picoteos en lo interesante, si lo hubiere).

10 comentarios:

Edmundo Busoni dijo...

Podrá gustarle o no "La inspiración y el estilo"; podrá no estar de acuerdo con lo que allí sostiene Benet(¿era ingeniero de Minas o ingeniero de Caminos?), pero habrá de reconocer Ud. un valor innegable que tiene el libro: este sí se entiende.

Lo que no es moco de pavo.

Desde luego, ese invento de las bibliotecas es que es la leche. Yo hace mucho que no piso una, pero me han dicho que siguen siendo de los pocos sitios donde hay silencio. La leche...

conde-duque dijo...

¡Qué sería de nosotros sin las bibliotecas! Son auténticos paraísos.
Además, el gusto que da desechar un libro que has cogido en la biblioteca. Por mil alabanzas que canten de él los suplementos cultutrales (casi cada semana sale una obra maestra), lo coges y sólo con hojearlo un poco ves que todo era mentira... (Gracias a Dios, no te has dejado un duro en él. No has caído en la trampa.)
¡Vivan las bibliotecas!
Ah, y los nuevos PARAÍSOS se llaman Google Books y Proyecto Gutenberg y otros. ¡Estoy encontrando cada joya que estoy maravillado! ¡Cómo estoy disfrutando! Ayer mismo estuve leyendo unos libros de 1910 de un inglés sobre sus paseos por Roma y por Venecia. ¡Qué gozada!
(Y que muera la SGAE)

Mabalot dijo...

Supongo que los imprimes. Yo tengo más de mil libros en un disco duro, enntre PDf y Word, cosas descatalogadas, etc... pero leer en la pantalla me harta. Por eso a veces esto de los blogs tiene tanto mérito, superar el repelús que produce una lectura literaria en una pantalla... qué gozada sería entonces en libro, pensamos.

Sí, que se muera la SGAE. Pero me da que no; no veas el mausoleo que se están construyendo cerca de mi casa, más o menos, por la zona del campus sur. Unos terrenos cedidos por el ayuntamiento, hay que joderse. Y no se qué coño de servicio público van a ofrecer allí.

Mabalot dijo...

Por cierto, don Edmundo, sí, este Benet se entiende, lo que es de agradecer. Y, en apariencia tiene toda la pinta de ser un libro que uno puede disfrutar, pero voy al grano y hojeo su ensayo sobre el estilo.

¡Con el estilo nos hemos topado!
Vade retro, satanás...

Ya CONTARÉ en un post lo que me parece su opinión sobre el meollo este.

conde-duque dijo...

Yo la verdad es que estoy más que acostumbrado a leer en pantalla, porque me dedico a ello. Prácticamente me paso el día entero leyendo libros en pantalla... El ojo se acostumbra a todo, aunque es probable que acabe cegato perdido.

Anónimo dijo...

Las bibliotecas... ¡a veces me dan tanta pena! No sé, creo que están ahí, solas, calladas, vendiéndose en época de exámenes, olvidadas los fines de semana... En fin...

P.D.: ¿Y la SGAE qué pinta en todo esto?

Mabalot dijo...

A la biblioteca voy a dejar libros, coger otros, esperar leyendo el periódico y mirando a las guapas, y chau... hasta la próxima.

La Sgae, Magapola, viene a que Conde-Duque me contaba lo de Google Reader y lo bien que está ese invento; y la Sgae, ya sabes, es lo contrario, esta en las antípodas de esas iniciativas.

Si no existiesen las bibliotecas yo hubiese leído un setenta y cinco por ciento menos, más o menos.

A lo mejor era más feliz y más rico, es decir, algo rico, y etc...

Un saludo; gracias por el comentario.

conde-duque dijo...

Por cierto, algún día me tendrás que grabar en un USB esos más de mil libros que tienes guardados... Qué promesa de paraíso.
Ayer por la noche, en mi habitación, a oscuras, estuve escuchando a una joven de voz melosa leyendo el "Heart of Darkness" de Joseph Cpnrad. ¡Qué gozada!
El apartado Human-Read del Proyecto Gutenberg es una pasado. Cuando dentro de unos años esté casi toda la literatura universal a nuestra disposición, escrita y leída, será el mayor avance de la Humanidad en los últimos siglos (sin contar las vacunas o medicinas), creo yo...

Mabalot dijo...

Conde, necesitamos varias vidas; una para hacer y leer todo lo que no nos dará tiempo hacer y leer, y otra para vivirla.

Libros en Mpp3 leídos por alguien , no por una máquina (lo odio), no tengo muchos.

Los PDF, claro, ya te los pasaré, pero no te hagas ilusiones, no es tanta bicoca. No vas a descubrir nada raro. Mucho clásico castellano, inglés, mucha ciencia-ficción ilegible y desconocida... Ya te digo, no es un paraíso. Es más bien una base de datos. Que quieres saber cómo empieza tal libro que no tienes a mano, pues vas y lo miras etc...

Hace poco imprimí un libro de Kipling que se titula "Viaje a Japón", pero lo leí a salto de mata, aunque s muy bueno.

Alfonso dijo...

Suscribo lo que decís completamente; sin la biblioteca no habría leído ni la mitad; especialmente, buscando en los fondos antiguos, encuentras joyas que ya no se editan. Pero, últimamente, cuando me ha gustado algún libro, me lo compro a los meses... ¿Es algún síndrome extraño o bibliofagia pura, porque quizá ya no lo vuelva a leer?
Y sobre los pdf y demás, claro, Google Books está muy bien, pero los que no tenemos esa soltura con el inglés no podemos disfrutarlo. Yo busco algunas páginas con textos en español, como librodot.com, que está muy bien (y supongo que muy ilegal, pero...)
Un saludo