18/11/06

Un libro


Es de noche. Muy tarde; ni un alma. Fuera 7º. Me pican los ojos, y los froto, me lloran. Si ahora me grabaran unos hackers con la cámara web no les daría para chantajearme, creo yo. Te tenemos llorando como una nena; si no nos pagas doscientos euros te echamos al emule llorando como una maricona y lo titulamos coños putas pollas nenas zorras anos caliente mamadas follar, para que te enteres. Bueno. Hay un libro al lado del teclado. No va de follar; va de escribir, que viene siendo más o menos lo mismo pero más limpio. Después de follar hay que lavarse la herramienta, al menos; después de escribir en principio no hace falta.

Se titula eso; Escribir. Y lo escribió Marguerite Duras. Es tan difícil ponerse con un artículo de libros que dicen tanto, o que vemos tanto en ellos, aunque ocupen tan poco espacio, cincuenta y pico páginas. Abro el libro: leo:
Se está solo en una casa. Y no fuera, sino dentro. En el jardín hay pájaros, gatos. Pero, también, en una ocasión, una ardilla, un hurón. En un jardín no se está solo. Pero, en una casa, se está tan solo que a veces se está perdido. Ahora sé que he estado diez años en la casa. Sola. Y para escribir libros que me han permitido saber, a mí y a los demás, que era la escritora que soy. ¿Cómo ocurrió? Y, ¿cómo explicarlo? Sólo puedo decir que esa especie de soledad de Neauphle la hice yo, fue hecha por mí. Para mí. Y que solo estoy sola en esta casa. Para escribir. Para escribir como no lo había hecho hasta entonces. Sino para escribir libros que yo aún desconocía y que nadie había planeado nunca.

Marguerite Duras, Escribir (1993).

Es una mano vieja la que escribe este libro. Una mano que ya pasa de fuegos artificiales, si es que alguna vez no pasó. Escribe sin filtros. Salen las frases en pelotas. Casa, soledad, escribir; esas son las tres palabras mágicas, y aquí son la misma cosa.
"Cuando yo escribía en la casa todo escribía. La escritura estaba en todas partes. Y cuando veía a los amigos, a veces no acertaba a reconocerlos."
Con este libro es difícil evitarlo (me jode hacer post kilométricos, porque a mí me jode leer post kilométricos), pero es que hay algunas cosas que merecen copiarse, seguro que le aprovechan a alguien:

(De libros)
"Creo que lo que reprocho a los libros, en general, es eso: que no son libres. Se ve a través de la escritura: están fabricados, están organizados, reglamentados, diríase que conformes. Una función de revisión que el escritor desempeña con frecuencia consigo mismo. El escritor, entonces, se convierte en su propio policía. Entiendo, por tal, la búsqueda de la forma correcta, es decir, de la forma más habitual, la más clara y la más inofensiva. Sigue habiendo generaciones muertas que hacen libros pudibundos. Incluso jóvenes: libros encantadores, sin poso alguno, sin noche. Sin silencio."
(¿Qué es un libro, doña Margarita? Dígamelo)
"No sé qué es un libro. Nadie lo sabe. pero cuando hay uno, lo sabemos."
(Me encanta que diga usted libro cuando habla de un libro. Un libro. Lo prefiero a novela, ensayo, autobiografía, novela-ensayo, ensayo-ficción... Un libro. Tengo un libro. Escribo un libro. Leo un libro. ¿El qué? Un libro. Quemo un libro. Defeco un libro. Meo un libro, como Umbral.)
"Un escritor es algo extraño. Es una contradicción y también un sinsentido. Escribir también es no hablar. Es callarse."
(Hace diez años ya que se nos murió. Cuando le leo parece que me habla usted desde el más allá. Algunas palabras me ponen la piel de gallina. Le voy a mandar un email a Iker Jiménez.)
"La escritura es lo desconocido. Antes de escribir no sabemos nada de lo que vamos a escribir. Y con total lucidez."

"Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiésemos".

1 comentario:

LOLA GRACIA dijo...

Gracias por trasladarnos esas palabras de MARGUERITE...Impresionante. También me dan repeluznos...Llamenos a Iker, o mejor, a su mujer. Con esa sonrisa llena de dientes seguro que se nos quita la emoción