Ojo rojo que quiere, el muy puta, lo verde

De mi abuelo Vero, el buen carácter y la ausencia de cólera.

Meditaciones, Marco Aurelio.

Vivió entre el año 121 y 180. Murió en Viena, o como se llamase Viena en esa época. Si es verdad que los libros valen para algo este pudiera ser uno de los ejemplos más claros. Es un manual de autoayuda, con perdón; y el que lo lea que lo vea. Claro, no dice cómo hacerse rico o cómo ganarse a la moza de nuestros sueños... o quizá sí, pero indirectamente. Todas estas jilipolleces que nos hacen felices no ocurrirán porque sí, porque le sale de los menudillos a los dioses; tendrán una razón que se nos escapa, como los pedos a veces.

Yo le estoy muy agradecido a este libro. Me cae bien. Hace bastantes días que tengo un ojo rojo, y me llora. No es conjuntivitis. Es un ojo hasta los cojones de todo, un ojo poco filósofo, poco sabio.
También yo estoy hasta los cojones de él, de este ojo llorón. Abrí hace un cuarto de hora este libro al azar, lo juro, y leo:

El ojo sano debe ver todo lo visible y no debe decir: "quiero lo verde", porque eso es propio de un ojo hinchado.

No entiendo nada. O sí. Sí, sí, muy claro. YO QUIERO LO VERDE. No veo un cojón sin gafas. Y sin gafas no entiendo nada. Sin gafas soy lerdo. Y con gafas también pero lo disimulo más.

Como si fuese algo inmediato salir de la vida, así hay que ejecutar cada acción, decir cada palabra y tener cada pensamiento. Marcharse de entre los hombres si los dioses existen no es nada terrible, porque éstos no te endosarían un mal. Si por el contrario no existen o no les importan las cosas de los hombres, ¿qué me supone estar vivo en un universo vacío de dioses o vacío de providencia?

Ea, ahí queda.
Pero el que quiera apurar la jugada y hacerse rico de la noche a la mañana pues... que pinche aquí.