24/11/06

Nijinsky

Fue quizá el mejor bailarín del siglo pasado. No entiendo nada de danza, pero no creo que me salga mucho del tiesto con la frase anterior. Lo importante para mí es que escribió un diario; "se trata de un extraño documento humano [...] es el mensaje de Nijinsky a la humanidad", en palabras de su mujer Romola que escribe el prólogo y que también escribió una biografía de su marido.

Su Diario lo escribió durante 1918-1919 en Saint-Moritz. Día y noche no paraba de escribir, febrilmente, como un poseso. En esa época se presentan los primeros síntomas de lo que luego será diagnosticado como esquizofrenia. Y su fin, primero de encierros en manicomios y después su muerte. Nijinski escribe en cuadernos infantiles, todo el tiempo; las cosas pasan a su alrededor y él apunta todo como si su mano fuese una grabadora que no puede parar.

Al principio su mujer tenía mucho interés por saber qué escribía pero él no le deja acercarse a los cuadernos; los guarda bajo llave. Cuando Nijinski se pone peor lo lleva a una clínica a Suiza (incluso Freud y Jung le echaron un vistazo al caso; pero por supuesto no arreglaron nada) y se olvidan de los cuadernos. Después, en 1934, los encuentra Romola en un baúl y los confunde con los cuadernos escolares de su hija Kyra; pero es la letra de su marido; es el Diario. Lo publica. Nijinski estaba vivo; muere en 1950, el 8 de abril, en Londres. Empieza así:
"La gente dirá que Nijinsky finge estar loco a causa de sus malas acciones. Las malas acciones son algo terrible y las detesto, no quiero cometerlas. Si de hecho he cometido errores, es porque no comprendía a Dios. Todas las personas tienen sentimiento, pero para ellas la naturaleza de ese sentimiento es algo oculto. Y para explicarla quiero escribir este libro. Muchos observarán que en él no expongo sino opiniones personales; lo que pasa es que estoy convencido de que mi punto de vista es acertado, pues me ha sido transmitido por Dios. Dios está en mí. He cometido errores, pero los he reparado con mi propia vida y sufriendo a causa de ellos más que nadie en este mundo."
Y el epílogo empieza de esta guisa:
"Quiero llorar pero Dios me ordena que escriba. No quiere que me detenga. Mi mujer llora y llora. Yo también. Temo que el médico venga y me diga que mi mujer llora mientras yo escribo. Pero no iré con ella porque no merezco reproches. Mi hija lo ve y lo oye todo, espero que ella me comprenda. Amo a Kyra. Mi pequeña Kyra siente mi amor por ella pero también ella piensa que estoy enfermo, debido a que así se lo han dicho. Ella me pregunta si duermo bien; yo le respondo que siempre duermo bien. No sé qué escribir pero Dios desea que lo haga. [...] Soy un hombre sencillo que ha sufrido mucho. Creo que he sufrido más que Cristo. Amo la vida y quiero vivir, llorar, pero no puedo... Siento un dolor tan grande en mi alma, un dolor que me atemoriza. Mi alma está enferma. Mi alma, no mi espíritu. Los médicos no entienden mi enfermedad."
Para el que crea que es simplemente el diario de un jillao puede olvidarse ya mismo de lo que acaba de leer; el que crea que ser un chalado, a ojos vista de un médico, significa mucho socialmente pero poco en realidad, entonces que lea a Nijinsky.

P.D.: Y el que no crea ni una cosa ni la otra, qué cojones, qué brinde con champán por el cachondeo universal (y más allá)... Pasen y lean lo que acabo de encontrar; han descubierto la pólvora, una vez más.

4 comentarios:

conde-duque dijo...

Parece como el Diario de Dalí pero al revés. La escritura de los grillaos suele ser muy interesante, aunque a veces se pongan un poco pesados.
Se me ocurre posible ensayo de crítica literaria (sobre diarios de supuestos "genios"): "La egolatría de los locos".
Véase el índice de "Ecce homo" de Nietzsche: "Por qué soy tan sabio", "Por qué soy tan inteligente", etc. Buenísimo.

Mabalot dijo...

El de Dalí no lo conozco, pero tiene pinta, por alguna vez que lo hojeé de ser muy divertido. También es curioso el diario de Pavese, aunque no era loco oficial.

lugrumante dijo...

Ya te conté que estuve en St. Moritz a la busca del fantasma de Nijinsky y me encontré con una aldea vulgarota, con su Norman Foster plantado de cualquier manera, una calle de tiendas caras y un pestazo infame a fondue invadiéndolo todo. Dicen que por allá se asienta una buena comunidad de mafiosos rusos -¡la puta herencia de Nijinsky!-. Lo de las pajillas no me escandaliza, ni siquiera que Diaghilev se la hincase por detrás, el muy abusón. Un día de estos te paso la biografía de Romola, que era una trepa de cuidado...

Unknown dijo...

No estaba loco Nijinsky! y Dalí tan bello mucho menos! locos son ustedes chabales de mierda...Aparte que en sus universos no caben comparaciones...capullos!