Hemingway era un cerdo hijodeputa: en primer lugar, porque tuvo éxito, fue un tipo famoso, podrido de dinero, y reconocido (imperdonable): en segundo lugar, porque fue un fulano sensato, bastante racional y cuerdo, es decir, un imbécil profundo, aunque se pegó un tiro para intentar arreglarlo: y en tercer lugar, porque le dieron el Nobel, y eso casi es peor que todo lo anterior. Todos los premiados con el Nobel de literatura son, matemáticamente, mierda de elefante descompuesto, sin excepciones, exceptuando a JRJ, que estaba enfermo y era dios (un dios laico, claro), a Faulkner, que también estaba enfermo y a Albert Camus, que tenía una gabardina como Humphrey Bogart, que en paz descansen. Y, bueno, Hansum, el mejor, y Kipling, otro mejor. Únicas excepciones.
¿Y quién sería el equivalente de Hemingway en la literatura española? Yo diría que Cela.
¿Y qué fueron Cela y Hemingway para la literatura principalmente? Uno buenos profesionales. Fueron escritores profesionales. Los superprofesionales. Lo de Cela quizá tenía más mérito, teniendo en cuenta qué cosas escribía. Una vez escuché a un profesor de literatura en la universidad decir, todo serio: Cela era un vanguardista, eso está probadísimo; no hay más que intentar leerse un libro de él: es imposible acabarlo. Creo que era el día en que estiró la pata y salió en la conversación.
En los talleres literarios seguro que estudian principios tan fenomenales como este:
"Era un viejo que pescaba solo en un bote en el Gulf Stream y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez".
El viejo y el mar (1952).
Ya está. Con ese inicio ya no haría falta escribir más. Es como un arco del triunfo. Tan excelente que chirría, como la tiza de la maestra. Salud.
2 comentarios:
Tu blog es un grato descubrimiento. Me gustan mucho tus textos. Pronto salgo de viaje, pero a la vuelta compraré sin falta Metafísica de los tubos. El comentario que dejaste en mi blog sobre Umbral me parece muy interesante. Quizás padezco en los últimos tiempos cierta excitabilidad estética: veré en qué acaba. Ahora estoy releyendo enfermizamente a Scott Fitzgerald porque voy a escribir una novela y quiero escribirla como las escribía él, o por ahí. Todos tenemos un autor: el mío es Scott Fitzgerald. Y llegué a él por Hemingway, claro. Me gustaba mucho Hemingway. Seguro que me sigue gustando pero hace tiempo que no le leo. Recuerdo sus fabulosos relatos, Fiesta y Adiós a las armas: sus mejores obras. Por cierto, y sobre Marga, a mí no me gustan las mujeres sin tetas: prefiero tirarme a un tío. Pero no mucho. Aunque hay mujeres sin tetas que tienen un culo estupendo, como si se las hubiesen bajado a las nalgas: brindo por ellas. Y por tu literatura. Llego para quedarme, como la tenia. Saludos.
Hombre, Manuel, eres bienvenido: ojalá todas las tenias fuesen tan amables como tú. Llegué a tu blog con el post de la Michelena, curioseando en tecnorati, y me pareció de muy buen gusto. Y además escribes como si llevases cuarenta años haciéndolo, y creo que no es tú caso (y tampoco el mío). Si aquí encuentras algún libro que creas que te puede interesar yo encantadísimo, me alegro que los libros que a mi me apasionan pueden calar en otros lectores.
Un saludo; esta es tu casa.
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