13/5/10

Sylvia, saca tu cabeza del horno


En el blog/ armario o blog/ trastero "Consejos para los banquetes" echo de vez en cuando algún video musical. Ahora me doy cuenta; podrían ser canciones para antes de un suicidio, la alegría de la huerta.

Llevo días escuchando "Hospice", el primer disco de un grupo de Brooklyn que se llama The Antlers. Casi no sabía ni que estaba escuchando. No sé el nombre del grupo que escucho hasta que llevo seis escuchas por lo menos. Mientras tanto son X, algo que puedo seguir escuchando o que se perderá para siempre en el pozo negro del olvido. Es mi sombra la que va eligiendo una y otra vez, la que se pone los auriculares. Con media docena de escuchas tomo cartas en el asunto y miro de que grupo se trata. Por supuesto los títulos de las canciones no llego, por lo general, a saberlas nunca. Sólo por no exagerar las cosas sé que la mejor canción de la historia se titula Idiot Wind.

Así que me he encontrado con este discazo entre la maraña de archivos que de alguna manera han llegado a mi disco duro. Pura selección natural, ya digo.

Momento de ponerle caras a los pibes y echarle un vistazo a la portada. Momento también para asustarse. Me entero que el tono deprimente, sucio, y un poco aullador que al parecer tanto le gusta a mi sombra, va con el tema del disco. Una cosa grave de narices; un niño que ve morir a una niña de cáncer de huesos. Ya no sé si es mejor o peor no entender las letras.

Y de alguna manera meten por el medio a Sylvia Plath: "Sylvia, saca tu cabeza del horno. Vuelve otra vez a gritarme y a maldecir todo. Recuérdame otra vez cómo todo el mundo te traicionó".

Algunos hablan de disco de la década. Eso es mucho decir, y además hay tantos tipos de rock que en fin, no tiene mucho sentido hablar de la década. Depende de quien sea la década. A un disco así o le pillas el punto o no te entra ni a tiros. Habrá que ver dentro de tres meses si aguanta. Es decir, si lo aguanta uno. Puedo escuchar un mismo disco quinientas veces sin aburrirme. Y si no me suicido antes, claro.

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