Hoy volví a escuchar sobre Bolaño lo siguiente; es un escritor para escritores, e incluso podríamos decir más; un escritor para escritores que no son escritores, o que aún no lo son y quieren serlo, y ven el mundo de las letras desde fuera, grandioso hasta en sus mezquindades maravillosas. Varias razones para que teóricamente interese sobre todo a escritores; la más obvia es que sus personajes suelen ser escritores, y a todos los que son o quieren ser escritores les gusta sentirse identificados con los avatares de esos personajes del gremio, que sufren como benditos, como a los futbolistas les gustará contarse los sufrimientos propios de su profesión o a las secretarias del suyo. Se da además el caso de que sus personajes son escritores en la parte más baja del escalafón del éxito, casi malditos (uno que al que le va peor que a mí, decimos al leerlo), que van o vienen del fracaso, pero al mismo tiempo tienen una voluntad de hierro y una sola idea en la cabeza, ser poetas o escritores porque no les queda más remedio, nacieron con esa cruz y deben llevarla sobre los hombros. Viven en un mundo en el que ser escritor es ser lo más alto que un humano pueda alcanzar ("Un poeta lo puede soportar todo"). El santo y el caballero andante y el héroe revolucionario y el ángel caído se reúnen en esa figura; el escritor, que es una síntesis entre Rimbaud y Jesucristo y el Cervantes más quijotesco y un roquero recalcitrante. Pero no se queda ahí, Bolaño. O con los años perpetuó esa imagen del escritor superhéroe pero la enfrentó al mundo, que le fue dando por donde suele dar el mundo a los que van por sus terrenos en ese plan. Quizá una razón importante por la que triunfó tarde sea esta, ese empeño en querer ser escritor, en querer serlo a costa de todo, incluso de escribir algo que valga la pena. Porque el escritor que Bolaño quería ser era demasiado grande como para que este escribiera algo. Nada estaba a la altura de tan alto personaje. Lo raro es que al final lo consiguió. Lo raro es que tenía razón o un empeño blindado contra todo o ya no había vuelta atrás o no fue capaz de suicidarse e hizo una obra a la altura de Arturo Belano, el escritor superhéroe por excelencia.
La obra que conocemos de Bolaño desmiente quizá lo que hubiera escrito antes de ser Bolaño, antes de ser ni siquiera un escritor con obra publicada. En el fondo muchos de sus relatos nos dejan la impresión de que las vidas más tristes de esos tipos que van y vienen por pensiones y bares con papeles bajo el brazo y soñando su sueño manoseado hasta hacerse pesadilla, son vidas perdidas, alienadas por un afán en apariencia ridículo. Esa es la idea. Y también que siendo esto así vivirían su vida de la misma forma si volvieran a nacer otra vez.
Esa es la épica, su épica. Esa es la parte disfrazada de su obra. Lo importante también es lo que hay debajo, aunque EL disfraz tiene su importancia, y debajo del disfraz hay carne. Carne, alma, qué más da. O hueso, tocamos hueso.
En Bolaño todos esos escritores que pone a desfilar por sus relatos y novelas podrían ser pintores de brocha gorda, o banderilleros. En realidad todo gran escritor es un escritor para escritores, porque el escritor suele ser un lector exigente, un lector adelantado, y el escritor para escritores de hoy será el clásico mañana. Los ejemplos son bien conocidos.
Claro que con esto no contesto a la pregunta: ¿Es Bolaño en realidad un escritor para escritores?
3 comentarios:
Me has matado con esta no-reflexión, o reflexión de ida y vuelta sin llegar a ninguna parte.
Sobre la cuestión, ya sabes lo que pienso...
(Ahora, con más fuerzas, resumiré mi comentaro al post anterior. Allí)
La pregunta es retórica. Faulkner es un escritor para escritores. Kafka mismo es un escritor para escritores. ¿Bolaño es un escritor para escritores? Hombre, pues lo siento por él, mala suerte.
Eso es lo que pienso. La pregunta, quería decir, no tiene sentido. Pero me explique, por lo visto, bastante mal.
OK, ya entiendo. No te explicaste mal, fui yo el que debía estar espeso porque no me enteraba de nada.
De todas formas no estoy de acuerdo: la literatura de Bolaño trata casi exclusivamente sobre escritores o personas que quieren ser escritores y lo sacrifican todo por ello, etcétera. Esa épica que dices.
En cambio los libros de Kafka o Faulkner no; no tratan nunca sobre eso (ellos mismos podrían personificar "en vida" ese afán, sobre todo Kafka, pero no hacían su literatura de eso). Si también son escritores para escritores, lo son de otra manera totalmente distinta.
Tampoco todo esto invalida la obra de Bolaño, pero es así.
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