"Creo que la poesía es algo que se siente, y si ustedes no sienten la poesía, si no tienen sentimiento de belleza, si un relato no los lleva al deseo de saber qué ocurrió después, al autor no ha escrito para ustedes. Déjenlo de lado, que la literatura es bastante rica para ofrecerles algún autor digno de su atención, o indigno hoy de su atención y que leerán mañana."
Jorge Luis Borges, La poesía, del libro Siete noches, (tomado de O.C. III, Emecé 1996, pág. 257).
Pues sí lo he intentado varias veces con algunos autores, si es que me parecía que tenían algo que aportar. Me lo estoy perdiendo, pensaba. Iba al autor (por ejemplo, Onetti) y después al leerlo tenía que dejarlo. El mayor obstáculo con el que me encuentro al leer a alguien que no me gusta es el lenguaje. Lo que más me toca las narices es el estilo. Es como el que se te acerca mucho al hablar y le huele el aliento. La sensación es esa, y supongo que a algunos lo que amí me tira para atrás les olerá a rosas. Pero aún así siempre pienso que hay autores que merecen la pena (reconozco que tienen un mundo que me interesaría conocer) y que por ahora no son para mí, o quizá no lo sean nunca. Están, digamos, en el limbo, como los niños sin bautizar. De los de ahora, por ejemplo, están en mi limbo particular Bolaño (lo único, a pesar de que lo intenté, que me interesan son sus artículos recopilados en Entre paréntesis) y Javier Marías, que me parece uno de los mejores articulistas (aunque coja a veces ese cabreo de presidente de comunidad de vecinos), y en cambio no me gustan sus novelas. Como diría el suicida; "Tanto abrochar y desabrochar".
A lo mejor también tienen ellos un poco de culpa, qué cojones.
7 comentarios:
Sí, yo también tengo mi limbo particular.
Cambio de cuestión, más o menos: me estoy reconciliando con Juan Ramón Jiménez y quiero leer cosas de él. ¿Qué libros concretos me recomiendas? En prosa, por ejemplo; de crítica literaria y eso me dijiste que eran buenos, ¿no? Dime algún título, anda.
Grazie.
Jajajaja... Pues yo ahora, de unos meses para acá no lo puedo leer.
LO que siempre está bien es el JRJ aforista. Y aún así, ya te digo, hay cosas que me chirrían un poco. Son épocas. Me gustaba su poesía sobre todo desde Diario de un poeta... Y sus prosas críticas, de una maldad muy graciosa y acertada.
"Aforismos", en la La Veleta, Comares, editado por Trapiello.
Mi reconciliación por ahora sólo ha sido en sentido extraliterario (en cuanto a olvidarme de las malditas "jotas" y de la antipatía por el personaje, tan hinchado de grandeza), literariamente todavía no me he podido reconciliar porque no lo he vuelto a leer (sólo una antlogía de cartas). Por eso te pedía consejo sobre un libro, y en prosa, porque con la poesía en general sigo regañado.
Un libro de aforismos no me sirve, necesito algo con más sustancia. ¿Las Prosas Críticas es un título?
No sé por qué pero los antiguos tipo Dostoyevski, Pasternak, Céline... se me hacen pesadísimos, empiezo y no consigo acabar el libro.
Onetti y Javier Marías también en mi limbo.
Saludos!
Hombre, quizá te interese "Españoles de tres mundos", que es un libro de retratos, y a ti te gustan los retratos. Yo lo había leído hace bastante y hace poco lo cogí otra vez de la biblioteca por algo que dijo Castellote y cuando quería leerlo no pudo. Me pareció tan inaguantablñe esa prosa. Y antes me gustaba.
Prosas críticas es otro libro, una recopilación de reseñas y artículos literarios y me pareció, hace siglos, uno de los mejores libros y más acertados y divertidos que haya leído sobre literatura española. Claro que no sé ahora, sobre todo porque JRJ escribe demasiado como poeta, en el estilo se le nota el versificador que es. Claro que el JRJ por excelencia es el de "Diario de un poeta recién casado".
"Tiempo", otro título en prosa, en Seix barral, creo. Un experimento.
Suerte.
Ah, cordón..., Céline no es de los antiguos. Pero si se te hacen pesadísimos no los leas. Eso sí, leer, lo que se dice leer, es un placer que llegó a su máximo leyendo a esos antiguos; Stendhal, Galdós, Hamsun, Dickens, Connan Doyle... Pasternak no.
Los del S.XIX eran muy buenos, los mejores.
Pues claro que será culpa de ellos, al menos en parte, qué carallo.
Un abrazo.
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