23/1/08

Holmes y Watson


"Una anomalía en el carácter de mi amigo Sherlock Holmes que siempre me sorprendió era que, a pesar de que en su razonamiento se mostraba el más preciso y metódico de los mortales y vestía con cierto remilgo, en cuanto a sus hábitos personales era uno de los hombres más desordenados del mundo, capaz de volver loco a cualquiera que compartiera con él su casa. Y no es que yo sea demasiado convencional a ese respecto, pues la vida desordenada en Afganistán, unida a una tendencia natural por lo bohemio, han hecho de mí un ser bastante más descuidado de lo que corresponde a alguien que ejerce la medicina. Pero yo tengo un límite, y, cuando tropiezo con una persona que guarda los puros en el cubo del carbón, el tabaco en las babuchas persas y clava la correspondencia sin contestar con un cuchillo en la repisa de madera de su chimenea, comienzo a darme ciertos aires. Siempre he mantenido, además, que practicar con el revólver debía ser, claramente, un deporte exterior; de modo que, cuando Holmes, en uno de sus extraños estados de humor se sentaba en una butaca, empuñaba su revólver y con un centenar de cartuchos Boxer se dedicaba a agujerear la pared de enfrente con un patriótico V.R. a modo de decoración, no podía menos de pensar que ni la atmósfera ni el aspecto de nuestro cuarto salían beneficiados."

(Arthur Conan Doyle, El ritual de los Musgrave, Todo Sherlock Holmes, Cátedra, 2007)


He leído este párrafo una y otra vez como el niño que insiste siempre en que le lean el mismo cuento cada noche.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese manera de decir las cosas tan británica tiene que tener un nombre, tiene que tenerlo.

Sebastián Puig dijo...

Maravilloso, en efecto.

Mabalot dijo...

El párrafo o el familiar lejano, amigo rythmduel. Supongo que el párrafo, que es una gozada de contención y humor.

¿Humor inglés?, Juanjo. Mala hostia contenida, sin gravedad, una cierta ironía, que es una distancia que toma el recochineo sin tomarse las cosas tan a pecho, sin rasggarse las vestiduras. Hay un humor dramático, trascendental, un poco idiota, que es todo lo contrario de este.
Tan cercano, según dicen, este humor inglés, al gallego. No se si el humor gallego existe pero sí se que hay un humor inglés (todas esas series que vimos desde críos...) que siempre me gustó. Y este párrafo me sigue haciendo sonreír.

Saludos, hermanos.

conde-duque dijo...

Muy bueno el párrafo. Sí, yo lo llamaría ironía inglesa, porque como "humor inglés" ya no se entiende el de Chesterton o Dickens, sino el de Benny Hill o el supuesto "humor inteligente" de los Monty Pyton (pese a los muchos fans que tienen, a mí me parecen unos imbéciles... Me caen mal, ni puñetera gracia me hacen).
A mí la Katie esa de la Cienciología no me gusta. Me da repelús...

Mabalot dijo...

Ah, ¿pero esa es de la cienciología? ¿es muy famosa? No me suena... Estará necesitada de respuestas, algo que que le de un sentido a la existencia: ¿existe un más allá? ¿Nos vamos a pudrir única y exclusivamente, o hay algo más? ¿Sueñan los muertos?

Cierto, cierto, hablemos de ironía inglesa.

conde-duque dijo...

Joder, macho, a ver si vemos un poco más la tele. Katie Holmes es la mujer de Tom Cruise. Y, por tanto, ciencióloga consorte.
¡¡¡¡¡Menos libros y Paus Casales más tele!!!!!

conde-duque dijo...

"y más tele" quería decir

Anónimo dijo...

¿De Tom Cruise? Joder, qué asco, ya comprendo lo del repelús (y yo que pensaba que estabas volviendo un poco rarito...) Ahora mismo borro el vínculo, o enlace, o lo que sea que me conecta con esa señora.
En realidad ni libros ni música ni tele: pierdo el tiempo de otra manera durante el día. Hago que trabajo y ellos hacen que me pagan y entre una cosa y otra cumplo con mis obligaciones de individuo "productivo". Una salsa.
A la noche no tengo duda; entre jugar a las muñecas con mi hija y ver la tele para saber quien es la ciencióloga esa me quedo sin duda con lo primero. A mí háblame de Caillou, el perro Clidford, pocoyó etcétera... que son los que controlo.

Portarosa dijo...

Es que el párrafo es genial, genial.

Humor británico, irónico, contenido, a distancia. Mucho más gracioso.

(Yo también controlo al gran perro rojo, que conste.)