22/12/06

Una cara en el bacon

Mientras me hago un bocadillo de bacon con tomate y queso, que en realidad como por vicio, oigo el chirriar lejano de los columpios en alguna parte,
(o quizá son grúas, o alucinaciones auditivas, o el bacon está demasiado hecho)
que se cuela por la ventana y me punza los riñones y me acuerdo, no sé porqué, de un versículo de Neruda que dice que el olor de las peluquerías le hace llorar a gritos y entonces me viene al coco algo que había olvidado:
soy niño, estoy en Pontevedra, en las Palmeras, un parque, no sé qué hago, juego, me acatarro, tiro arenas a los ojos, sudo; de repente gritos, revuelo: a un niño que pasaba por delante un columpio le arranca la cara; veo la mitad de la cara despegada de la cara, ahora es careta enrojecida, colgada de la oreja.
Como una loncha de bacon, pienso. Un asco, comer.


6 comentarios:

conde-duque dijo...

Qué fuerte... Por lo que veo, hoy algunos estamos un poco violentos.
A mí gustaban mucho las Palmeras: el estanque con los patos y cisnes (venga a lanzarles bolsas de pan duro que nos daba mi abuela), los pájaros, los pavos reales... Cuando era pequeño yo lo recuerdo casi como un zoo (o, más poéticamente, como en El Retiro, una Casa de Fieras). Había -incluso- jaulas de monos, ¿o es invención de esta memoria proustiana con alzheimer prematuro?
Ahora ya no hay casi animales, ¿no?

Mabalot dijo...

No me digas conde-duque que tú también eres de Pontevedra; acaso los mejores blogs son de pontevedreses? Creía que conocías Galicia por algún comentario que leí pero no sabía... No sé...
Por lo de las Palmeras yo recuerdo una jaula, pero no estoy seguro qué había dentro; si monos u otra cosa, pero sí tienes razón de que tiene un aire a una Casa de Fieras. Muchos pájaros, sí, los pavos reales... Ya le preguntaré a mi madre en la cena de navidad...
Un saludo. Sí estamos violentos; pero no miento; me hizo gracia pensar tal cadena de cosas, por ese orden, y sin saber porqué.
El cromo de Bacon es para que pinte bonito.

Anónimo dijo...

Monos, monos: había monos. Seguro. Viví tantos años cerca. Hay días que aún saco por allí al perro, aunque pocos. En Las Palmeras, de noche, ocurrió todo de repente: los besos, los magreos, el tacto del primer coño. Los bancos están llenos de pintadas, de corazones.

"De todo hace ya veinte años"

conde-duque dijo...

Hola, Mabalot. No, yo no soy de Pontevedra, pero sí estoy muy vinculado a tu ciudad (casualidades de la vida...). Mi familia por parte de padre es gallega (de Pontevedra, Padrón, Santiago, Orense...). Siempre he vivido en Madrid, pero todos los veranos -y algunas Navidades- íbamos a Pontevedra... Desde que murió mi abuela ya no vamos tanto, pero en verano siempre me dejo caer por allí.
Por cierto, a ver si un día de éstos pongo en el blog alguna de las fotos que hice un día este verano.

Anónimo dijo...

El clásico pañuelo, como dijo no sé quién. Vi alguna foto en tu blog, de hace tiempo, de la ría de Pontevedra, una chulada de foto. Sí, estaría bien que pusieras una fotos... y unas palabras, si quiere vuestra merced...
Saludos...

Alexandrós dijo...

Señor Mabalot creo que coincidimos en más cosas que en la litetarura. Acabo de cruzar por las Palmeras. Un saludo