Y sí, encuentro una frase suya anotada en una libreta, entre tantas desperdigadas en ochocientas libretas revueltas por los cajones:
"El entusiasmo produce retórica, como el hígado produce bilis y la parótida saliva".Creo que el viejo calculaba poco; se sentaba con unas mantas en la rodillas y escribía sin mirar atrás, rellenando y rellenando cuartillas y por el gesto mismo no se sabía muy bien si estaba escribiendo o calcetando.
"Yo creo que hay que escribir como se siente [...]. Ni humildad ni brillo rebuscados; el escritor debe presentarse tal como es. Hay que tener el valor de aceptar lo que se es en la vida y en el arte."Como todo adolescente ignorante y aspirante a maldito yo sucumbí a los cantos de sirenas de la prosa poética; buscaba en las frases floridas del carajo los orgasmos que ninguna moza quería compartir conmigo. Entre paja y paja leía poesía muy mala, y a Umbral.
Este señor, Umbral, domina el truco del almendruco; con unos pases de pañuelo te convierte el confeti en palomas y ya se te queda la boca abierta de paleto de cafetín. Era un poco ridículo, su pose, al estilo de las pelis de la época, los ozores y estesos rodeando con manos sudorosas a las suecas, y pasé de aquellas novelas al poco tiempo: los libros de memorias eran más interesantes; desfilaba todo el palique literario y estaba bien, aunque uno leía entre líneas para pillar la posible verdad a aquellas frases nacidas para cortar el hipo.
Este Umbral odiaba a Baroja. Lo odiaba, odia (aún vive, creo, se arrastra por el mundo), a muerte, en todos los libros, que no pocas veces pensé que la habría hecho el vasco al tío este de gafas de culo de botella. Pero nada, no se conocieron; cuando uno llega a Madrid el otro ya se había muerto. Lo odia:
"No entro en la escombrera literaria que es el estilo de Baroja."Y así todo el tiempo; está obsesionado. Es muy divertido. Pero hasta el más espabilado se delata; en el mismo libro, está vez en el capítulo que da caña a Azorín, deja caer:
"Su Juventud, egolatría es el Zaratrusta de un estudiante que se masturba demasiado y lee poco."
"Siempre denunciamos al que hace lo que no sabemos hacer".Y es que a Umbral no le salían ni a tiros las novelas. Pero, ¿quien es Umbral? ¿el tipo aquel que salió en un programa de debate de la Milá en el año catapún diciendo "he venido a hablar de mi libro" y enrojeciendo debajo de aquellos botellones de anís El Mono que le tapaban los ojos?
Esto lo escribió Clarín en un prólogo; una cita que acabo de encontrar en una de esas libretas donde apuntaba antes cosas que leía:
"¿Qué es España en el mundo? Un rincón. ¿Qué es la literatura en España? Menos que el billar, uno de los pasatiempos que tiene menos aficionados, la mayor parte de los cuales son verdaderos asesinos."
7 comentarios:
Me gusta mucho tu blog.
Te recomiendo la biografía "Baroja o el miedo", escrita por Eduardo Gil Bera (uno de los autores más inteligentes que hay en España actualmente). Es genial.
Tampoco sabía lo de Natalia Ginzburg. La próxima vez me fijaré...
Ya la leí hace tiempo; pero no tengo buen recuerdo (o quizá me confundo). Me parecía escrita desde el resentimiento. Otro que lo odiaba. Después me enteré de que antes de escribirla había tenido algún tipo de desavenencia con la familia Baroja. Hablo de puntillas. He de enterarme si no me engaña el seso.
Gracias; viviendo de usted (me gusta tanto como escribe que no me atrevo a tutearlo)es un honor que le gusta este rincón.
Está escrita desde un odio inteligente, que también es posible. Desmitificando con datos, no como Umbral. Incluso te puede gustar más Baroja después de leerla, curiosamente.
Sinceramente a Baroja no lo tengo muy mitificado, y lo digo casi con pena. Y no lo tengo mitificado porque lo leí mucho, demasiado, y claro no hay que tomárselo muy en serio. Bueno como a nada. Hace tiempo que no lo cato, ni ganas que tengo ahora.
Es posible que Baroja no me gustara más pero sí el libro de Eduardo Gil. Por cierto, y ampliando el panorama, seguro que usted conoce Las armas y las letras de Trapiello. Muy recomendable. Al hablar de Baroja me viene a la cabeza también este libro.
Ah, no, me refería a Los nietos del Cid. Tengo buen recuerdo de este libro. Aunque como usted sabe cada uno habla de la feria según le va, y eso es también lo interesante.
Muy interesante tu blog. Yo no tengo mitificados a los escritores...Sí a los compositores. Es laenvidia intelecutal. Jamás podré componer música soy anti-solfeo.
Baroja me gusta bastante. Umbral..psche. tiene alguna brillantez que otra pero es tan pagado de sí mismo!!
Me gustó el retrato qu hizo de BAROJA JM De Pradao en "Las máscaras del héroe!" que consider su mejor novela con diferencia.
Hola, Lola, bienvenida. Yo también soy antisolfeo; es decir, prefiero aprender chino, haré más progresos. Pero la música sin duda es el arte más alto, lo supremo (parece una anuncio de turrones). Y sin duda considero superior artísticamente o cómo sea a un compositor que a un escritor. No hay muchos casos de compositores escritores, ¿no? ¿Adorno? Pero era escritor/filósofo sobre todo.
El papaíto de Prada era Umbral, antes. Antes de cabrearse uno con otro; ambos escriben parecido, quizá Umbral es menos pedante a conciencia.
Un saludo
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