28/11/08

Fe

Habla un lector de manuscritos de una editorial (y un escritor muy bueno: Hikikomori-Alberto Olmos):

"--Mirad. No es el texto, no es la historia. Es otra cosa. Y esa es la magia de la literatura. Que la cosa no puede ser nombrada. Pero sí identificada, como un aroma, como un presentimiento. Tenemos obras que están bien, que están trabajadas, que acaban en un punto profesionalmente designado por el autor en una cuartilla manuscrita. Esas novelas son correctas. Correcto es mejor que malo. Pero, para mí, correcto es peor que malo; correcto es un límite, una barrera de la inteligencia. Hasta aquí puedo llegar. El que hace algo malo se ha equivocado, pero el que ha hecho algo correcto ha acertado, y por eso nunca va a hacer algo bueno. Pero el que lo hace mal, el que no consigue ni llamar al personaje con el mismo nombre durante todo el libro, ése, puede algún día acertar, y cuando acierte va a hacer un buen libro. Todo está dentro. Es la puta sangre. Es que eres escritor, no que quieres ser escritor. Es que impones tu obra, que es tu vida, que es tu dolor. Es que le hablas al lector cara a cara y no le das cuartel. Es que crees en la literatura, y que lo que haces no lo va a hacer nadie si tú no lo haces, y por eso has hecho un libro que nadie puede rechazar, porque la literatura es una fe."

2 comentarios:

Portarosa dijo...

Mire usted.

Mabalot dijo...

Lo conocía, pORTO, SU ENTRADA, DIGO. Razón lleva el hombre.