Como si de una lápida virtual se tratase continuaron llegando comentarios de recuerdo en la entrada que le dediqué al amigo que perdimos hace un año casi. Era Manolo. Escribí en aquel momento algo bastante sentido porque fue un golpe todo aquello, y también porque pasados unos días no había ni una sola noticia, ni una sola página que recordara a esta persona. Ni en el mundo real ni en el virtual la reacción fue ágil; quizá debido al tabú que sigue representando una muerte buscada hubo un silencio extraño en torno a él. Como si nunca hubiera existido, como si uno de los más sobresalientes clarinetistas de España no hubiese pisado este planeta. Sólo pasadas unas semanas fueron apareciendo recuerdos más o menos oficiales. Claro que no lo olvidamos. La vida sigue pero el recuerdo queda. Y el dolor, sobre todo para su familia. Lo único que queda de alguien. Hace unos días sus hermanas recordaban en el último comentario que el día 6 de junio hubiera cumplido años: “NOS ACORDAMOS MUCHO DE ÉL, POR QUE TODAVIA NO NOS LO PODEMOS CREER, YA QUE HACE CASI UN AÑO DE LA PEOR NOTICIA DE NUESTRAS VIDAS.”
Ayer, leyendo un libro de Ryunosuke Akutagawa encontré la “Carta a un viejo amigo” que escribe antes de suicidarse en 1927. Akutagawa fue el que escribió Rashomon y En el bosque, en los que se basó la famosa película de Kurosawa.
Escribe: “El mundo en el que vivo es el de los nervios enfermos, lúcido como el hielo. Esta muerte voluntaria debe darnos paz, si no felicidad. Ahora que estoy listo, la naturaleza me resulta más bella que nunca, por paradójico que parezca. He visto, amado y entendido más que otros. En eso al menos experimento cierta satisfacción, a pesar de todo el dolor que he tenido que soportar hasta el momento.”
3 comentarios:
He leído la hermosa entrada de hace un año. Y esta, no menos delicada. Hablando de Agutagawe, quizá los suicidas son los que, como el Sinnin, saben soltar la mano cuando están en lo más alto del árbol. Por lo demás, tus palabras me remiten al epitafio que vi una vez en un cementerio de pueblo: "Nuestra memoria será tu paraíso".
Hola Antonio. Gracias. Cojonudo y lo más cierto: "Nuestra memoria será tu paraíso."
Excelente cita. La muerte siempre nos parece inesperada, siempre nos golpea y nos recuerda que todo termina en algún momento. La muerte voluntaria es todavía más dolorosa y siempre incomprensible.
Un fuerte abrazo, amigo.
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