27/2/08

"El niño proletario"


"Desde que empieza a dar sus primeros pasos en la vida, el niño proletario sufre las consecuencias de pertenecer a la clase explotada. Nace en una pieza que se cae a pedazos, generalmente con una inmensa herencia alcohólica en la sangre. Mientras la autora de sus días lo echa al mundo, asistida por una curandera vieja y reviciosa, el padre, el autor, entre vómitos que apagan los gemidos lícitos de la parturienta, se emborracha con un vino más denso que la mugre de su miseria.

Me congratulo por eso de no ser obrero, de no haber nacido en un hogar proletario.

El padre borracho y siempre al borde de la desocupación, le pega a su niño con una cadena de pegar, y cuando le habla es sólo para inculcarle ideas asesinas. Desde niño el niño proletario trabaja, saltando de tranvía en tranvía para vender sus periódicos. En la escuela, que nunca termina, es diariamente humillado por sus compañeros ricos. En su hogar, ese antro repulsivo, asiste a la prostitución de su madre, que se deja trincar por los comerciantes del barrio para conservar el fiado.

En mi escuela teníamos a uno, a un niño proletario.

Stroppani era su nombre, pero la maestra de inferior se lo había cambiado por el de ¡Estropeado! A rodillazos llevaba a la Dirección a ¡Estropeado! cada vez que, filtrado por el hambre, ¡Estropeado! no acertaba a entender sus explicaciones. Nosotros nos divertíamos en grande. "
Osvaldo Lamborghini, El niño proletario (pág. 56-57), Novelas y Cuentos, Editorial Sudamericana, 2003.

4 comentarios:

conde-duque dijo...

Pensaba que lo había escrito Llamazares...
¿De qué año es es libro? Porque ese adjetivo de "proletario" ya no tiene ningún sentido.
Se podrá decir "pobre", pero "proletario"...

conde-duque dijo...

¡Mabalot! ¿Dónde estás?

Mabalot dijo...

Perdona, macho, estaba ausente. No toco el ordenador desde que colgué al niño proletario.
Lamborghini sigue su serie de niños; El niño Taza, El niño...
Ya no me acuerdo.

Lamborghini usa la palabra proletario en un sentido menos académico o serio; además al final acaba como el rosario de la aurora. El niño proletario de Llamazares me da que no acaba sodomizado.

Pero da igual Llamazares; AQUÍ LO QUE IMPORTA ES LA NIÑA, ESA NIÑA... que me llegó al corazón, esa niña de Rajoy.

¿Quién le escribe las paridas a Rajoy?
Está claro que no era este Lamborghini. (ya escribiré algo de este fulano contando sus hazañas y milagros)

conde-duque dijo...

Ya le dije a Jabois que el estilo ñoño y cursi de LA NIÑA DE RAJOY es inconfundible: yo creo que fue Manuel Rivas quien lo escribió.